E. Robinson

Catedrático Neiman de Periodismo en Harvard y Editor de la sección Exterior del Washington Post.

 

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Eugene Robinson – Washington. No puedo creer que vaya a decir esto, pero si el Partido Republicano quiere volver al juego, debería empezar prestando más atención a su nuevo presidente, el inefable Michael Steele.

La lectura atenta de Citas del Presidente Mike no va a paliar el déficit intelectual del partido  su incapacidad para enmarcar una filosofía actualizada «libre mercado, gobierno reducido» destinada a una era en la que los mercados han entrado en barrena y el gobierno tiene que crecer por fuerza. Steele no es filósofo. Es un político inteligente, no obstante, y mientras dice cosas que resultan políticamente incorrectas -o simple y llanamente demenciales- también desafía al partido a confrontar el hecho de su creciente marginación.

Steele recibió una especie de rapapolvo por unos comentarios recientes en los que parecía elevarse a la categoría de jefe de estado. ??Mire, personalmente me gusta el presidente, incluso si creo que tiene algo pendiente conmigo, que no me imagino qué puede ser,» decía en CNN. Al ser preguntado si había celos profesionales, Steele respondía preguntando de qué podría estar celoso. El entrevistador precisó que Barack Obama es Presidente de los Estados Unidos. ??Yo soy presidente del Comité Nacional Republicano,» decía Steele. ??¿A qué se refiere??

No hay muchas cadenas que hayan difundido el resto de la respuesta de Steele, que incluía la aclaración de que «no estaba comparando» los dos puestos. Por lo menos intentó corregir el traspié.

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Pero los Republicanos pueden aprender valiosas lecciones de su primer presidente afroamericano. Steele apenas acababa de ocupar el puesto cuando se despachaba contra la cruzada Obama-debe-fracasar del agitador radiofónico Rush Limbaugh. Steele simplemente afirmaba lo obvio: Limbaugh es un comediante, y a veces opiniones desagradables salen a la luz en su programa.

Steele difundió rápidamente una disculpa vergonzosa, pero había expuesto una idea importante. En un momento de crisis económica, apostar al fracaso del Presidente es lo mismo que apostar al fracaso de la nación. Puede ser una forma de ganar audiencia para Limbaugh, pero no es forma de que los Republicanos ganen votos.

El presidente volvió a romper la ortodoxia Republicana cuando durante una entrevista en la revista GQ decía que el aborto era «una elección individual» y que la homosexualidad no era en absoluto una cuestión de elección. De nuevo tuvo que retractarse -pero sólo después de haber evidenciado una idea importante.

Una cosa es que el Partido Republicano se oponga al aborto. Otra muy diferente es que el partido convierta el aborto en una prueba de fuego que imposibilite que funcionarios del partido y candidatos reconozcan al menos que hay otra opinión en la controversia. La misma crítica se puede hacer al Partido Demócrata y su apoyo incondicional a la postura abortista, pero los Demócratas están mucho más en sintonía con la opinión pública en la materia.

De igual forma, la insinuación de que los homosexuales son en realidad heterosexuales que se despiertan una mañana y «eligen» hacerse gays es simplemente estúpida. Los Republicanos que utilizan el lenguaje para denunciar la idea del matrimonio homosexual suenan igual que los miembros de la Flat Earth Society ofreciendo su opinión acerca del futuro de la NASA.

Cuando el presentador de CNN Don Lemon preguntaba a Steele por su cadena de observaciones alejadas de la ortodoxia, el Presidente Mike respondía que todo forma parte de su gran plan.

??Claro, quiero ver cuáles son las posibilidades,» decía. ??Quiero ver quién grita más alto, quiero saber quién dice que está conmigo pero realmente no lo está. ? Me ayuda a comprender mi posición en la partida. Me ayuda a entender, ya sabe, qué opina el enemigo y qué opinan los indecisos.?

??¿La estrategia lo es todo?? preguntaba Lemon.

??Todo es estratégico,? decía el Presidente Mike.

Bueno, no todo. Probablemente ni siquiera la mayor parte. Recuerde que Steele llegó a dejar la puerta abierta cuando fue preguntado si se iba a postular para presidente. Para un caballero que ocupó el puesto de lugarteniente del gobernador de Maryland durante un mandato y a continuación perdió la carrera al Senado, ese es territorio «de leyenda?.

Pero los heréticos comentarios de Steele han reforzado un aspecto importante. El Partido Republicano se ha arrinconado sólo en un margen ideológico, regional y demográfico — el llamado «blanco conservador rural.? El partido está desacompasado con respecto a la nación a la que aspira liderar, y hasta que se haga espacio a aquellos con un espectro de opiniones — y aquellos de ascendencia étnica y racial distinta — es difícil imaginar cómo va a poder cumplir su sueño de establecer una nueva mayoría «amplia?.

Michael Steele podría ser realmente tan listo como un zorro. Aunque podría pasarse de listo.

Eugene Robinson
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