Escribir un Blog es una actividad arriesgada. Permite a curiosos, desconocidos o, incluso, a malintencionados descrubir quién es uno, o al menos, una parte de quién es uno. Sin embargo, también lo permite a amigos, a compañeros de trabajo, a familiares, a amigos olvidados, a aficionados secretos, a futuribles socios, a clientes, a fans, y a tantos otros con los que bien dá gusto relacionarse.

Para los que se dedican a la comunicación profesionalmente no es ninguna novedad, pero para los demás es, en cierto sentido, convertinos en personajes públicos.

Se podría pensar que esta cosa del Blog tenga un tufillo de exibicionismo vanidoso (algo francamente deleznable), sin embargo, es simplemente una expresión de falta de miedo colectivo, a la que además, van llegando aliados poderosos. Ojalá haya más aliados, poderosos o no.

Sin duda, esto es una revolución.

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