La polémica en torno a la presencia de España en la próxima gran cumbre internacional para tratar la crisis económica y «reformar» el sistema financiero internacional ha hecho subir la temperatura de la blogosfera. Se discute sobre la influencia internacional de Zapatero y sobre lo que significa su petición de acudir, pero también sobre si el modelo que se basa en la existencia de un grupo como el G8 tiene sentido, sobre cómo debería reformarse y quienes deberían ser escuchados para solucionar la crisis.

Los lideres del G8 en Japón
(Foto: G8 Summit/Japan)

Ignacio Escolar reflexiona sobre el lugar de España en toda esta maraña de relaciones internacionales «relacionadas» con la G: «George Bush ha convocado al G20 para la cumbre contra la crisis financiera y Zapatero, que ayer ya lanzó su órdago, insiste en que España también tiene que estar. El presidente, una vez más, se mete en una apuesta política complicada. Si le sale, es posible que la próxima G lleve una ?. Si no le sale, su imagen personal saldrá deteriorada, aunque las relaciones internacionales españolas solo pueden mejorar y por intentarlo nada más se pierde. ¿Tiene agua la piscina o es puro voluntarismo optimista? Pronto se verá.»

Jorge Moragas considera en su blog que España es irrelevante internacionalmente «Zapatero dijo que el G-8 era un club en el que resulta muy difícil entrar y muy difícil salir, vamos, como el hotel California de aquel tema de los Eagles. El problema es que en agosto 2006 nuestro Presidente, en uno de sus habituales ataques de autosuficiencia, declaró «No voy a pedir entrar en el G-8, estamos bien como estamos». Tras esa gratuita autoexclusión, ahora resulta que se convoca al G-20 que es un mix de las economía emergentes y el G-8. España no es emergente y se encuentra sumergida en la irrelevancia internacional».

Juan Enrique Tur, de Testigo accidental considera que la polémica es absurda y que habría que intentar analizar por qué España no está en el G8 para sacar algo provechoso: «somos un país económicamente atrasado, cuya industria y cuyo mercado no tienen peso internacional (estos países poderosos sí llaman a las llamadas economías emergentes) y que cada vez es más tarde para que cambiemos de modelo productivo. Pero eso supondría realizar un ejercicio de autocrítica y, si queda vergüenza y se es valiente, ponerse manos a la obra, cuando siempre es más fácil y rentable vivir del debate eterno.»

Enrique Meneses se hace eco del apoyo de Gordon Brown, que «quiere que en el G8 esté presente España. Los países soberbiamente aislados, Islandia y Noruega, envidian la unanimidad con la que la UE-27 ha adoptado las medidas oportunas. El mayor banco islandés (donde 300.000 británicos tenían sus depósitos), ha quebrado y el gobierno de Reikiavik lo ha nacionalizado y está pensando unirse a Europa y al euro. Alemania y Francia cerraron filas detrás de UK y España. Algunas voces de la derecha española han rebajado el tono desde entonces.»

Miguel Angel Cintas de Blogsdepolitica comenta distintas posibilidades de ampliación del G8: «España es la 8ª potencia mundial, superando a Italia en cifras de PIB, y el 3º inversor internacional por detrás de EEUU y Francia, aunque esto va de la mano de una alta tasa de paro y una inflación de las más altas de la UE. ¿Debe ampliarse el G8 a G9 con España o debe sustituir España a Italia?»

Martín Varsavsky cree que si Zapatero tiene poca influencia  internacional es porque no habla inglés. «España salvo en Latinoamérica no tiene la influencia en política exterior que debería tener. El impacto internacional de los países tiene en parte que ver con su PIB pero en otra parte con la capacidad de comunicación de sus líderes. Si uno ve la cobertura del New York Times del comunicado conjunto que acaban de dar los presidentes europeos el protagonismo se lo lleva Sarkozy que habla inglés. El tema es así. En estas reuniones los presidentes charlan en grupos, se producen asociaciones espontaneas y al que no entiende le dejan afuera».

Rosa María Artal reflexiona en Soitu sobre la utilidad del G8 y pide una toma de conciencia de la ciudadanía: «los países que componen el G8 están sacudidos por una crisis económica casi sin precedentes y son en buena parte causantes de la que vivimos en el mundo global. ¿Ellos van a resolverla? ¿No sería mucho mejor preguntar a quienes sí saben hacer bien sus cuentas, a los que han logrado un desarrollo algo más armónico de su población? Lo que hay que intentar no es que España esté en el G8, sino, quizás, que vayan todos menos ellos o, como mucho, de oyentes sin derecho a voto. Ni veto.»

En el blog Munderlow consideran que Zapatero ha lanzado un órdago con su petición de asistir a la cumbre:  «pasa de ser una pataleta de ??yo quiero ir? a ser una clara intención de meter a España de lleno en primera línea de influencia en el panorama mundial. O sea, que ZP se ha metido así en un pequeño jardín, lo que supone que si la jugada le sale bien y el G8 claudica y le deja meter la cabecita habrá dado un buen paso para la toma en cuenta de nuestro país en el panorama internacional, al menos económico, que no es poco. Y si le sale mal, el fracaso y la sensación de que España no pinta un pimiento será clarísimo.»

En webs como Meneame también hay un debate sobre la noticia. Un lector ha dejado este comentario » Lo malo para Sarko, es que probablemente en pocos años tampoco Francia asista a este tipo de reuniones, la única manera de que Europa tenga una voz que sea escuchada será la unión entre su países, pero parece que cada vez interesa menos esto. En el futuro probablemente ningún país europeo será lo suficientemente importante para decidir que pasa en el mundo, al tiempo.»

Otro comentario en esta web reflexiona sobre algunos de los argumentos políticos: «van a acudir todos los 13 países con mayor PIB … menos España, y Sarkozy alude a que la asistencia de España seria un agravio a todos los países con igual poblacion (¿?). Iba yo a apoyar al Gobierno hasta que he oído a Solbes decir que da igual que España no acuda … ¿como va a dar igual? Es una reunión de los países mas ricos, y España -aunque no sea la 8ª potencia como decía Rajoy (¿de donde se sacaria Rajoy eso ?), sino la 11ª- no va a estar, ¿no hay voluntad de estar ahí donde se deciden las cosas?»

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