En 2009, se celebraron en España 80.174 matrimonios por la iglesia. Pero 94.993 apreja optaron por casarse al margen de los canones tradicionales y sin cura. Son datos del Instituto Nacional de Estadística que muestran el cambio social vivido en nuestro país en los últimos años. Un reportaje de El País analiza la cuestión y achaca el fenómenos a varias causas: la secularización de la sociedad, rechazo del control social y el «sacaramento de la hipoteca».

Una boda civil
(Foto: Flickr/Cuarao)

La Iglesia no hace comentarios respecto de este tipo de informaciones, pero es significativo en un país de tanta tradición católica, que por primera vez el número de bodas por lo civil supere a las religiosas. Hubo además 785 uniones de otras religiones. Los informes del INE revelan en cualquier caso que, en España, cada vez hay menos parejas que se casan por uno u otro rito. En el año 2009 se celebraron en total 175.952 matrimonios, un 10,8% menos que en el año anterior.

Los sociólogos están estudiando tanto el fenómeno del descenso del número de matrimonios en la sociedad como las causas de las parejas para darse el «si quiero» y los motivos que les hacen decantarse por una ceremonio civil o religiosa.

El catedrático de Sociología de la Universidad Complutense Alfonso Pérez-Agote considera que si históricamente el matrimonio era la legitimación de las relaciones sexuales y a partir de los sesenta la de tener hijos, la actual generación se guía por «el sacramento de la hipoteca: si hay que emanciparse y contraer una relación duradera con un banco, más vale hacerlo en pareja y con los papeles en regla».

Y también tiene una teoría para el aumento de uniones civiles: «Durante décadas, la Iglesia ha tenido el monopolio del rito para cualquier acontecimiento importante de la vida, bodas, bautizos, la propia muerte. Eso se ha acabado. Los ritos son actos sociales que buscan dar relevancia a un hecho mediante un formato creado para ello. Las parejas, sencillamente, han cambiado un rito por otro, le han robado a la Iglesia el monopolio de conceder importancia y credibilidad a los acontecimientos de la vida.»

La teóloga de la Asociación Juan XXIII Margarita Pintos considera que el aumento de uniones por lo civil puede deberse también a que «la Iglesia ofrece un ritual repetido sujeto a moldes viejos donde la gente, los contrayentes, no son los protagonistas del matrimonio y donde el sacerdote es un mero testigo que da fe. Los rituales oficiales de la Iglesia no tienen contenido emocional por parte de las personas que participan, son prefabricados. En muchas de las bodas civiles hasta el concejal conoce a la pareja y les dedica un discurso individualizado.»

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