Las familias subsaharianas siguen soñando con llegar a Europa y ganar dinero, pero ahora a quienes pagan el viaje pateras es a los menores de edad, segun cuenta Público. En Canarias aumentó en 2007 un 87% la llegada de jóvenes que aún no han cumplido los 18 años y que por tanto no son expulsados, sino enviados a centros de menores. Es la nueva cara del drama de la inmigración ilegal. 

La edad de los inmigrantes sospechosos de ser menores se determina con una radiografía de la muñeca que luego se compara con el estándar internacional del desarrollo del esqueleto. Esta prueba puede servir para que se queden en España… pero también les impide trabajar, que es para lo que han sido enviados por sus familias que han depositado en ellos todas las esperanzas de que pronto empezarán a enviar dinero. Y si esto no sucede pronto, los padres empiezan a presionar.

En los centros de menores, intentan, a través de las empresas de la zona, buscarles trabajo para que tengan algo cuando cumplan la mayoría de edad, pero hasta entonces deben conformarse con la ayuda de ONG´s y autoridades. Aunque es frecuente ver a estos niños subsaharianos pasear por las calles canarias, ya que tienen permisos para salir de los centros y pueden acudir a clases.

A veces los responsables de los centros de menores les ayudan para tramitar los papeles de residencia de tal forma que, cuando cumplan los 18 años, los tengan ya listos. Sin embargo Amnistía Internacional, denuncia que la administración regional demora a propósito la resolución de los expedientes para poder expulsarlos aduciendo que no han conseguido trabajo y ya son mayores de edad.

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