Pese a las promesas de reducción de emisiones, los gases de efecto invernadero alcanzaron en 2018 las 407,8 partes por millón, lo que supone un 0,56& más que en 2018 y una nueva cifra récord. Lo denuncia la Organización Meteorológica Mundial (OMM), dependiente de la ONU, que advierte de que si se mantiene el ritmo de la trayectoria ascendente que se registra año tras año, el calentamiento global tendrá efectos cada vez más graves.

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El informe anual de la OMM resalta que la concentración de CO2 (principal gas que causa el efecto invernadero) registrada en 2018 es un 147% superior a la de los niveles preindustriales del siglo XVIII. Y la subida de este año ha sido, además, superior a la media de la última década. El metano, por su parte, segundo gas que más contribuye al calentamiento global, también ha marcado un récord, 1,86 partes por millón, que suponen el 259% más que en 1750.

El secretario general de la organización, Petteri Taalas, explicó que la última vez que se dieron concentraciones tan altas de CO2 en la Tierra fue hace entre tres y cinco millones de años, cuando la temperatura era de dos a tres grados más cálida y el nivel del mar entre 10 y 20 metros superior al actual.

Por ello advirtió de que si no se «aumenta el nivel de ambición» y la acción para reducir la concentración de estos gases, el planeta tendrá que enfrentarse la consecuencias más extremas del cambio climático: «fenómenos meteorológicos más extremos, un mayor estrés hídrico, la subida del nivel del mar y la alteración de los ecosistemas marinos y terrestres»

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