Siguen las reacciones de medios extranjeros a la imputación de la Infanta Cristina. Dos de los más prestigiosos semanarios del planeta han dado su analisis en términos poco complacientes. La revista Time detalla los últimos problemas por «mal comportamiento» de la Casa Real y The Economist advierte que el caso podría derivar en preguntas peligrosas para la monarquía española.

The Economist prevé «preguntas peligrosas» para una monarquía metida en «berenjenal real». El texto de la columna Charlemagne apunta: «La Infanta Cristina deberá responder a algunas preguntas delicadas. ¿Por qué pagó a su personal doméstico en negro? ¿Por qué su empresa contrató empleados `fantasma´ que no hicieron nada? ¿Ignoraba realmente que su marido blanqueara supuestamente fondos publicos desde la compañía sin ánimo de lucro de la que ella era consejera?

Los españoles de a pie, golpeados por una crisis económica de larga duración, podrían añadir otras preguntas. ¿Se creía la princesa que podía engañar a las autoridades fiscales por ser de la realeza? Si es así , ¿esto refleja un sentido de derecho transmitido a su generación por su propio padre? Esas son preguntas peligrosas para una monarquía que sólo fue restaurada hace 38 años y que tiene la esperanza de una suave entrega de testigo, un día, a su hermano, el príncipe Felipe. El escándalo es parte de la batalla en curso de España contra la corrupción y el abuso de poder por parte de funcionarios públicos y políticos.

Lo mejor que podría pasar para el bienestar futuro de la monarquía sería que la princesa fuera juzgada, declarada culpable y encerrada, sostiene Salvador Sostres, columnista mordaz de El Mundo. Eso, dice, demostraría al menos que la realeza española no está por encima de la ley. Sin embargo no resolvería un problema mucho más importante, a saber, la lentitud de los tribunales del país. El juez Castro abrió esta investigación hace tres y años medio y parece poco probable que haya juicio este año.»

Time ironiza con la expresión «borbones que se portan mal» y detalla los escándalos de los últimos años. Asegura: «Las acusaciones de fraude contra la Infanta son sólo el último dolor de cabeza para la monarquía española. La perspectiva de un feo juicio público sería un duro golpe para una familia real que ha ido perdiendo popularidad en los últimos años.

`A través de una combinación milagrosa de valentía política, deferencia pública y unos hijos que saben comportarse bien, el rey español Juan Carlos y su esposa, la reina Sofía, han disfrutado durante mucho tiempo de un nivel de prestigio y respeto con los cuales la mayoría de los monarcas europeos modernos sólo pueden soñar´, escribió Times en 2007. Hasta ahora.»

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