La periodista francesa ha sido víctima de un «linchamiento» en twitter por grabar en video la agresión de unos independentistas a asistentes a la manifestación de apoyo a policías en Barcelona y ha tenido que cerrar su cuenta ante la presión y los insultos de todas las partes. Elize Gazengel que colabora como freelance con France 24 y otros medios francófonos explica en Radiocable.com lo sucedido y valora también los disturbios e incidentes del aniversario del 1-O. Asegura que le llama la atención que nadie haya asumido que la situación política por lo tensa que es, puede desarrollar movimientos violentos y que cuando se producen acciones violentas, estas no son condenadas, sino que se niegan y se culpa al mensajero. También resalta que la polarización de la crisis catalana ha hecho que continuamente se intente  «identificar e etiquetar» a los corresponsales con un bando u otro, hace cada vez más difícil el trabajo de informar.

Elise Gazengel señala sobre los incidentes del primer aniversario del 1-O: «Siempre ha habido grupos extremos que cuelan en manifestaciones para liarla. Lo que me sorprende cada vez más, es que cuando hay este tipo de agresiones o violencia, como políticamente los discursos están tan medidos y no se puede de ninguna forma admitir que pueda haber un par de energúmenos en tus filas, no se condena. Lo normal sería decir, `en general somos todos pacíficos y condenamos con la máxima firmeza e una acción violenta´. Pero como la situación no es normal, a la mínima que salta alguna acción violenta se culpa al mensajero o al que lo enseña e incluso se pone en cuestión la acción».

Añade: «Hay radicales en todas las ideologías. Y hay que condenarlos. Lo que no se puede hacer es negar que pueda pasar o que pueda haber aunque sea un porcentaje de lo más mínimo. Si se niega, para mi se alimenta más. Me ha sorprendido mucho que nadie haya asumido que la situación política por lo tensa que es, puede desarrollar algunos movimientos violentos. Aunque sean muy pequeños. Y me da miedo que si no se les frena ya o se lincha más bien al mensajero, ¿qué se va a hacer luego? Ayer eran cuatro, pero el mes que viene… No quiero ser alarmista, pero ¿qué mensaje reciben si no se condenan sus acciones?»

La corresponsal explica además la polémica que ella misma ha vivido, tras grabar en video la agresión de un grupo de independentistas a asistentes a la manifestación de apoyo a la policía: «Estaba siguiendo la manifestación como hago siempre, haciendo fotos y vídeos explicando lo que veo. Y en un momento grabé en video a un grupo que salía de la manifestación y que fueron seguidos por independentistas cada vez más violentos que les insultaba y acabó con patadas y puñetazos. Lo publique en twitter… y jamás hubiera imaginado que este video con un comentario simplemente explicando los hechos `un pequeño grupo agrede e insulta´ iba a tener tanta repercusión. Y sobre todo no imaginaba que se me iba a culpar a mí por haberle grabado».

Elise Gazengel detalla como los primeros mensajes empezaron a poner en duda si lo que había grabado era real y a ella misma: «soy una periodista freelance y no trabajo para una redacción fija y única que me apoye. Así que la gente empezó a sospechar y a investigar quien me paga o si trabajo para un partido político.» Resalta que de hecho algun partido utilizó el video para hacer «propaganda con fines partidistas». Y considera que esto es lo que más le ha perjudicado: «Al usar un trabajo totalmente periodístico e informativo explicando lo que vi, con fines partidistas, han hecho que el mensajero sea visto como miembro de un bando. Y a partir de ahí empezó el linchamiento».

La periodista apunta que el «linchamiento» vino primero por parte de los independentistas, pero luego también recibió muchos insultos de los llamados «unionistas», en parte por el uso en francés de este término que no gusta a los constitucionalistas y porque revisaron su perfil y cuestionaron otros videos grabados anteriormente: «Todo fue tal locura que cuando vi que intentaban entrar en mis perfiles en otras redes sociales, como Facebook o Instagram, o incluso entrar en contacto con mis jefes decidí quitarme de en medio y cerrar la cuenta de twitter. Fue una locura que sigo sin entender».

El incidente vivido por Elise Gazengel ilustra la polarización de la actual situación y la dificultad que supone para los corresponsales extranjeros que intentan contar lo que ven: «Da la sensación de que el público en general tiene identificada una línea editorial para los medios nacionales y lo tienen asimilado, quieren entender `de qué bando son´ los internacionales. Y claro para nosotros los corresponsales, desde hace un año, es muy difícil trabajar porque se nos quiere identificar y poner una etiqueta política. Y se nos quiere usar. Cada vez que decimos o publicamos algo que puede ser utilizado por un bando u otro, incluso se manipula para servirles.»

Elise Gazengel lleva en España desde 2008, trabajando como periodista freelance para distintos medios en español y francés. En estos momentos es corresponsal en Cataluña de France 24 en español y colabora con RTBF y CTXT, entre otros.  Anteriormente ha colaborado con la TV pública francesa y Radio Canadá.

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