Según denuncia CCOO, menos de la mitad de las personas afiliadas al Régimen General de la Seguridad Social en España tiene un contrato indefinido a jornada completa, ya que el 52% lo tiene temporal, a tiempo parcial o combinando ambas modalidades. Y estos son además de una duración muy corta, no superior a un mes en el 38% de los casos. Esta situación genera una alta precarización y rotación del empleo que el sindicato ejemplifica con otro dato: cada empleo ligado a contratos de corta duración, necesitó una media de 5,5 contratos para trabajar durante todo 2018.

En España se firman ahora más contratos que antes de la crisis, pero son más precarios, señalan desde Comisiones Obreras. Y los últimos datos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) sobre la contratación en verano confirman esta tendencia. En el pasado mes de julio, se registraron  2.179.527 contratos de trabajo, de los que el 91,5% fueron temporales y solo 185.713, el 8,5%, indefinidos.

Pero además, la media de duración de los contratos inscritos en este mes apenas alcanzó 47,05 días, la cifra más baja desde que se registra este dato. Entre 2013 y 2018, la media siempre había superado los 48 días. Y en años anteriores a la crisis, era habitual superar los 58 días, llegándose incluso en 2006 a 78 días de duración como promedio. Y una cuarta parte es estos contratos firmados en julio, 551.483 en total, tuvo una duración de una semana o menos.

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