Una quinta parte de todos los alimentos producidos en Europa termina en vertederos o se destina a la alimentación del ganado. A nivel mundial, la cifra de desperdicio es incluso mayor: una tercera parte. Esto además de un problema ético y humano, lo es también ecológico y económico. En Europa se calcula que le cuesta a la economía 140.000 millones de euros al año. La UE ha lanzado la estrategia «De la granja a la mesa» para reducir el desperdicio alimentario de aquí a 2023.

BASURA MADRID

Según un informe de WWF cada año en Europa se desperdician 88 millones de toneladas de alimentos. Los datos de la UE apunta que un 20% de lo producido termina en la basura o se destina a alimentación del ganado. A nivel mundial, apuntan que el dato de desperdicio afecta a una tercera parte de los producido. Esto a pesar de que sólo en la UE, 112 millones de personas vivían en 2017 en hogares en riesgo de pobreza o exclusión social y 5,8 millones en circunstancias de privación severa.

El desperdicio de alimentos tiene además un elevado coste económico, que en la UE asciende a 140.000 millones anuales y ecológico. Producir cada alimento supone una huella de agua, suelo y energía que se malgasta. Sólo en agua, se calcula que el derroche de la tercera parte de los alimentos supone 250 billones de litros de agua al año. Pero además conlleva una pérdida de biodiversidad y un impacto en las emisiones, ya que se estima que el 15% de las emisiones de gases de efecto invernadero están asociadas a la cadena alimentaria.

Por todo ello, reducir el derroche y desperdicio de alimentos en Europa se ha convertido en uno de los objetivos de la Comisión Europea. Y para ello han desarrollado una estrategia conocida como De la granja a la mesa que propondrá objetivos legalmente vinculantes para rebajarlo de aquí a 2023.

Entre las medidas propuestas también está revisar las fechas de caducidad y recomendación de consumo, pero también impulsar los proyectos que el reciclaje alimentario, como el de REFRESH en Holanda que aprovecha zanahorias estropeadas y las convierte en zumos o ingredientes en polvo o la parte superior e inferior de los tomates, que por ejemplo desechan las hamburgueserías, para hacer salsas.

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