La salida del ex ministro de Defensa de su puesto de embajador en Londres ha sido diseccionada en la red por periodistas y corresponsales extranjeros. Se pone de relieve que el adios de Federico Trillo llega 13 años después del accidente que costó la vida a 62 militares españoles y es consecuencia del dictamen del Consejo de Estado que responsabilizó al Ministerio de la tragedia y de la presión social. Pero se resalta que el ya ex embajador se ha ido sin pedir perdón y sin ni siquiera mencionar a las víctimas del Yak-42. Algunos también señalan que la marcha de Trillo «alivia» al gobierno que se desprende así de un «peso muerto». Aunque hay quien se pregunta a dónde van a mandar a Trillo ahora.

Raphael Minder, del New York Times: «Trillo abandona como embajador de Madrid en Londres sin una palabra para las víctimas del Yak-42. Si es eso es la diplomacia española…»

James Badcock, de la BBC y The Telegraph: «Trillo finalmente tiene la decencia de marcharse (después de que 13 ex embajadores dijeran que debería)».

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