Mark Fitzpatrick, ha trabajado en el Departamento de Estado de EEUU y actualmente es director del Programa de No Proliferación y Desarme del International Institute for Strategic Studies en Londres. En esta entrevista concedida a radiocable.com explica que el desastre de Fukushima «tendrá consecuencias inevitables para el futuro de la industria nuclear». Habla, además, de los peligros potenciales a los que las centrales en España pueden hacer frente y la seguridad de los programas nucleares que están desarrollando países como Irán, Vietnam o Indonesia.

Mark Fitzpatrick

Mark Fitzpatrick recuerda que los «accidentes de Chernobyl en Ucrania y Three Mile en Estados Unidos provocaron reflexiones sobre la industria nuclear»: »

«Gente por todo el mundo se volvió reacia a la energía y los proyectos nucleares. Creo que veremos un tipo similar de reacción ahora. Pero no será una reacción universal y no detendrá totalmente la energía nuclear, porque el mundo necesita energía».

Para este experto en nucleares, la industria está en «proceso de perder la batalla de la opinión pública», pero considera que «si las nucleares pueden demostrar que los problemas que han aparecido en Fukushima pueden superarse ??y afirma que probablemente puedan superarse-, entonces la necesidad de energía conllevará que lo nuclear siga formando parte del reparto energético»:

«Aunque creo que no copará una parte tan grande de la tarta como se estaba planeando. Por eso creo que el llamado ??renacimiento nuclear? se verá ralentizado o descarrilado. La energía nuclear seguirá con nosotros pero no jugará un papel tan importante como lo hubiera hecho sin el desastre de Fukushima».

Fitzpatrick explica que las centrales en otros países pueden no tener que enfrentarse a terremotos y tsunamis, pero asegura que hay «otros tipos de desastres naturales o causados por el hombre que pueden invalidar los sistemas de refrigeración, por ejemplo, un ataque terrorista que podría cortar toda la electricidad o una guerra. Este tipo de desastres también han de ser tenidos en cuenta. Las centrales nucleares pueden ser más seguras. Pero seguramente es imposible garantizar al 100% la seguridad».

Aunque puntualiza que otras fuentes de energía como el carbón, el pretroleo o el gas tampoco son 100% seguras.

Como conocedor de los programa nucleares de países como Indonesia, Vietnam o Iran advierte de los riesgos que esto puede suponer para el planeta. En concreto muestra su preocupación por los planes vietnamitas donde «no permiten grupos de protesta ciudadanos que puedan vigilar y hacer de contrapeso» y el iraní:

«Alli no permiten críticas al programa nuclear. A causa de la situación política, el programa nuclear se ve como el terreno en el que luchan Estados Unidos e Iran.  Pero creo que si los ciudadanos iraníes observan los aspectos de seguridad veran que su planta nuclear también se está desarrollando en una zona de terremotos y pueden tener problemas».

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