Hoy Gata ha amanecido especialmente «intensa». Probablemente el primer café y más tarde la imprevista luminosidad del cielo, han tenido mucho que ver en ello. La verdad es que ella tenía para hoy otros planes, pero es muy consciente de que cuando la capa interior de su pelo dice ??¡¡aquí estoy yo…!!?, el discurrir del día va a ser de «la otra forma». Juro que gata no había preparado nada y que sus intenciones eran las de una «buena niña en edad escolar», dispuesta a obedecer como está mandado. Pero esas eran las intenciones ¡Parece mentira que todavía no se conozca a Gata!

 
Hace un tiempo ella, ??la felina más bella? , decidió crear una cofradía «rara» . La Cofradía de La Gata Paseante, de la que es el único miembro. Cada Viernes Santo, desfila en la procesión de la Macarena, sobre su hombro. Suele vestirse del mismo color de la imagen, para pasar desapercibida y se oculta bajo su velo para que nadie la vea. Si no lo hiciera, algún «bouldog»,vestido de nazareno, vendría a echarla con ese bastón tan espantoso que confiere autoridad a los que sin el no tendrían ningún poder (así son las armas)

Nadie tenía previsto que éste Viernes Santo fuese a amanecer con un tibio sol, y cuando ha empezado a prepara la túnica de «macarena», de un color oscuro, oscurísimo como la oscura muerte -su modelo masoca de Semana Santa- algo en su interior, superior a ella (¿o, realmente auténtico de ella…?) le ha hecho cambiar de idea:

Gata ha sentido un calambre «desde la dentadura bajar al centro» (como diría M. Hernández) anuncio de que el día no tenía ninguna intención de ser «morado»…, sino «enamorado». Siempre he pensado que para El Cristo, la lluvia fue una asistente no invitada a la fiesta. El era mucho más «glamouroso»…Lo oscuro, ruidoso y violento, fue una idea de su padre a quien la creación había traicionado, privándole de la juventud. Pero el Cristo era otra historia, y entre clavo y clavo, lo que le hizo soportar hasta el final la macabra situación, fue el recuerdo de ??su arma», entre las piernas de la Magdalena…
De pronto, Gata, ha interrumpido lo que estaba haciendo y ha decidido salir a buscar tabaco (es una felina fumadora empedernida)

Se ha vestido, concentradamente, para su escapada. No podía salir de cualquier manera… De la misma forma que piensa El Principito en el capítulo del zorro, opina que los ritos son «muuy» importantes. Por eso ha elegido cuidadosamente su pelaje para la ocasión. Es verdad que no se ha cambiado los «pantalones de pintor» que llevaba, pero sí los ha acompañado de una camiseta azul con chispitas brillantes y ha buscado muy concienzudamente la parte del par de botas de «duende» que hacía un mes que no encontraba. Era absolutamente necesario llevar esas «botitas» para andar con «pies de plomo «, en un día como hoy en el barrio de Salamanca. Sus temores se han confirmado: ¡Que terrible es ser carnal entre tanta Cuaresma. Y la calle, olía a naftalina más que nunca! Lo único original del cuadro ha sido el «adosado» de cartones que «Angel», el mendigo de los ojos azules (es un ángel de «extranjis», por eso le llamo así) se ha hecho en el atrio (estamos en Semana Santa y es más propio que decir en la entrada) de la zapatería Parriego.

Al bolsillo de la zamarra metálica, medio oro ??matao?, Gata se ha echado «el cuarzo protector»…¡No hay que subestimar las velas ajenas, aunque sean blancas, ni debemos fiarnos siquiera de las propias a no ser que se ande cerca ¡Son unas rebeldes y tintinearán cuando menos se espere!

Ya de vuelta y con suficiente provisión de tabaco, algo de jamón, Coca cola y pan.. (y un emblemático huevo de pascua cuyo papel de plata de mil colores le ha llamado con un guiño, recordándole su «otro antojo» nocturno: Para Gata, un amanecer sin chocolate es como no tener tabaco después de «acariciar otra piel». Por cierto, que cuando se ha dirigido ansiosamente al jamón, ha lanzado al espacio un maullido de indignación… ¡¡¡había suplicado :»el jamón tan fino que se rompa..»!!! ¡¡miauuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuugrrrrrrrrrr!!! Gata solo come el jamón «a arrancadas» cuando está en el barco, cuando abandona la piel en la orilla y se convierte en una gata salvaje ¡¡¡Que manía con no respetar los ritos ajenos..!!!. Decía, que cuando ha vuelto de su shoping, se ha tumbado en la ventana y mientras se limaba las uñas, no le ha quitado ojo al gato de la ventana de enfrente.

 

 
Después de la procesión, Gata ha ido a ver a su amiga «Dorian, la muerta». Dorian, en realidad se llama Dora. Es una mujer «aparentemente gris», pero solo aparentemente. Y aunque los demás no lo crean…, ya está muerta pero se está haciendo la viva para despistar. Ha decidido darle a su familia la oportunidad de demostrarse a si mismos que son capaces de besar y acariciar sin que se les caiga la cara de vergüenza. Pero a Dorian le aburre muchísimo lo que están haciendo con ella. El otro día, de acuerdo con la muerta, dejó caer la idea de que sería bueno sumergirla en un enorme baño templado para que muriera como había nacido: flotando…¡que muerte mas bella…! A Gata la llamaron «fiera», y no tuvo más remedio que esconder su «indignidad» entre los cuerdos. Y Dorian sigue haciéndose la muerta….Y así seguirá, hasta que no se sabe cuando, los «suyos» decidan que ya la han besado bastante. Por eso Gata se ha quedado aquí en estos días, para que su amiga cada noche, cuando las dos se quedan a solas, pueda tener la oportunidad de escuchar de alguien, retazos de su inconfesable «lado oscuro» (el clarísimo que nadie entendería…) y de ésta forma hacerle la vida a la muerta un poco más llevadera…

 

 

Cuando Dorian, aburrida de tanto beso tardíamente recibido, decidió escaparse definitivamente a cumbres más altas, Gata con enorme ternura depositó en la caja junto a su cara, el maravilloso huevo de chocolate vestido de papel de plata, mordido en una esquinita para que la recordara siempre…

 

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