Gordon Brown bebiendo un vaso de agua

En el Reino Unido la campaña contra la moda de beber agua embotellada ha ganado un aliado de importancia: el propio gobierno de Gordon Brown. Los laboristas acaban de anunciar que a partir de ahora, en las reuniones de sus ministerios, solo consumirán agua del grifo. Lo cuenta el diario Evening Standard que lidera la campaña nacional para promover un mayor uso en bares y restaurantes de Londres del agua de grifo y limitar la del agua embotellada que tiene un fuerte impacto medioambiental.

La decisión del gobierno fue anunciada por el secretario del gabinete, Gus O’Donnell, que explicó que en todos los encuentros en ‘Whitehall’, el centro administrativo del Gobierno, toda el agua se que consumirá a partir de ahora será procedente del grifo.

Esto supondrá que se dejen de consumir 250.000 botellas al año… y un ahorro considerable para los contribuyentes, ya que el estado dejará de  gastarse el importe que suponía esta partida.

Recientemente se han publicado en el Reino Unido estudios e investigaciones que demuestran que la producción de una botella de 1 litro de marca puede generar hasta 600 veces más CO2 que el agua del grifo, debido a las emisiones de la industria, al transporte de las botellas o a los residuos de plástico que deja en el medio ambiente. Por todo ello hay quien ya considera que es una práctica inmoral. La campaña cuenta ya con el apoyo, además del gobierno de Brown, de varios chefs, ministros y del alcalde de Londres.

En España no existe todavía una fuerte concienciación hacia este asunto, aunque la ONG Adena-WWF explicó a radiocable.com que ellos sobre todo promueven el uso del agua del grifo porque asi garantiza que los ríos y acuíferos se mantengan limpios y en buen estado.

   

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