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Fernando Berlín, el autor de este blog, es director de radiocable.com y participa en diversos medios de comunicación españoles.¿Quien soy?english edition.

infanta

Comprendiendo perfectamente el sentir de los ciudadanos frente a la corrupción (por desgracia no de todos, pues todavía sigue teniendo consecuencias limitadas en las elecciones) , no comparto espacio con quienes han decidido exteriorizarlo abucheando a la infanta, a la que como dice la prensa extranjera ya se ha juzgado socialmente, de forma paralela.

Vereis que no estoy haciendo un análisis técnico sobre el caso, pues -como todos esos ciudadanos- ignoro completamente el detalle de esos miles de folios, ni tengo capacitación jurídica alguna para dimensionarlo. Yo me declaro incapaz de saber si aquellos manejos de los que se la acusa son o no delito, y si lo son, si merecen o no cárcel. Solo aspiro a que las mismas garantías jurídicas que tiene ella, las tengan para hacer su trabajo quienes han creido encontrar indicios de delito. Con eso me conformo.

Porque , paralelamente, me produce terror las decenas de personas que creen que su doctorado en derecho televisivo es suficiente para juzgarla, poner en cuestión los detalles de un caso tan complejo y declararla culpable. Pero lo dicen en la tele, en la calle y en las redes sociales.

Vaya por delante que me declaro republicano, así que no busco hacer de esto una ciega defensa de la Monarquía. Sin embargo, que un pseudo sindicato de extrema derecha sea aclamado a la entrada del Tribunal mientras se cuestionan las teorías de abogados y fiscales debería ponernos en alerta.  Mucho más cuando la abogada del pseudosindicato, aprovechando este desconcierto social, se destapa a la llegada de los juzgados diciendo que representa «a millones de ciudadanos» . ¿Perdón?

No pongo en duda que existan indicios de delito, ni tampoco que se esté maniobrando desde el gobierno o la Casa Real para que la imputanción no tenga recorrido. Se deben extremar todas las cautelas y denunciar todas esas prácticas para que el juicio cuente con todas las garantías. Pero también hay que constatar el hecho de que las cosas están cambiando: nadie habría imaginado hace 10 años a toda una infanta declarando ante el juez.

Celebremos que algo está cambiando, y no lo arruinemos anteponiendo las pasiones a las razones.

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