El influyente medio norteamericano ha hecho una selección de los mayores ridículos perpetrados por alcaldes de todo el mundo en este 2013 que ya acaba. Entre los elegidos está la alcaldesa de Madrid por su controvertido discurso, o más bien su controvertido uso del inglés, en septiembre frente al Comité Olímpico Internacional.

 

La esposa del expresidente Aznar está bien acompañada en esa clasificación: a la cabeza de tan deshonrosa lista está, cómo no, el alcalde Toronto, Rob Ford, que tuvo que admitir que había fumado crack en una fiesta y que fue acusado de acoso sexual, a pesar de lo cual no sólo se ha negado a dimitir, sino que ha asegurado que piensa postularse para el puesto de Primer Ministro.

Por detrás del orondo canadiense se sitúa, Bob Filner, alcalde de San Diego, acusado de acoso sexual, nada menos que por 17 mujeres. En un primer momento se declaró inocente, aunque después admitió su implicación en tres de los casos. Ha sido suspendido de su puesto.

Tampoco queda en muy buen lugar Michale Applebaum, regidor de Montreal, que fue suspendido acusado de corrupción, fraude y abuso de confianza, con la circunstancia agravante de que algunos de los delitos son anteriores incluso a su toma de posesión oficial.

De Ana Botella, seleccionada en este olimpo que la revista dedica «de lo malo a lo peor«, Time recuerda que, acosada por las preguntas del COI, la lucha de la alcaldesa con el inglés la hizo protagonista de los medios y que las Olimpiadas fueron finalmente a Tokio.

 

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