Iñaki Gabilondo en Noticias Cuatro: «Elecciones día D menos cinco. Tras el debate de ayer la suerte está echada. Lo que no quiere decir que se haya dictado ya el veredicto. Hasta el domingo todo es humo y el voto sólo se sustancia en un acto presencial que siempre es dudoso. Pero ya hay un par de cosas claras. La primera, que se avecinan tiempos económicamente más austeros. Quien gobierne habrá de enfrentarse con un país que siempre las pasó moradas pero que ya está estructuralmente instalado en el mundo de la prosperidad. Por otra parte, quien gobierne deberá recordar que, incluso en estos tiempos de prosperidad, muchos españoles viven con enormes apuros. Y no es que les aguarden pequeñas perturbaciones sino problemas reales y dolorosos.

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Así que a partir del diez de marzo habrá que gobernar mirando a los ojos a la gente, a personas de verdad, sin deslumbrarse por los datos macroeconómicos, que son tan ciertos y tan lejanos como la Estrella Polar. La segunda cosa segura tiene que ver con los obispos. La victoria de Rouco consagra de iure lo que ya era poder ??de facto?. Es fácil vaticinar que a Rouco le interesa más una victoria del PSOE. Con Rajoy en el poder, no gana nada; una blanda convivencia sin más repercusiones. Y la sociedad a su bola, más distante cada día. Con Zapatero, Rouco puede intentar una confrontación que le otorgue protagonismo y le permita explicar el alejamiento social. Y continuar con este discurso inverosímil de una Iglesia de mantequilla, la Iglesia más mimada del mundo disfrazada de Iglesia doliente, perseguida y mártir.»

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