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Fernando Berlín, el autor de este blog, es director de radiocable.com y participa en diversos medios de comunicación españoles.¿Quien soy?english edition.

Una de las cosas más sorprendentes de este fin de semana ha sido la actitud mezquina con la que parte del PP ha acogido que Zapatero no será candidato. Ni una muestra de generosidad al contrincante que se marcha.

En parte, eso, retrata muy bien el desconcierto con el que se ha recibido la noticia y en buena parte nos recuerda que, de nuevo, mientras todo ocurría, Rajoy estaba ausente. Nada nuevo que le cogiera de fin de semana, aunque ciertamente cuando despertamos, Mariano Rajoy todavía estaba allí.

La estrategia del PP pasa ahora por pedir elecciones anticipadas:

«Pons dice que es de una «sinvergüenza extraordinaria» que Zapatero no convoque elecciones»

La estrategia es chocante pues a Zapatero los ciudadanos le han otorgado legitimidad democrática para cuatro años. Pensar que porque ha anunciado que no será candidato en el futuro, porque se conoce la fecha de su salida, queda mermada esa confianza, sería como defender que Aznar nunca tuvo legitimidad para gobernar pues siempre anunció que sólo estaría dos legislaturas.

Es más, conviene recordar algunas fechas:

En enero de 2002 tiene lugar el XIV Congreso del PP, uno que se recuerda como el de la sucesión de Aznar. Allí afirmó que no creía en la «prolongación personalista de los liderazgos políticos» y explicó que era una «convicción profundamente arraigada».

En julio de 2003, en un debate sobre el estado de la nación, Aznar volvió a confirmar su propósito:  «Yo no voy a ser candidato a las próximas elecciones a la Presidencia del Gobierno. Lo que no sé es si lo va a ser usted», -le dijo a Zapatero.

El 30 de agosto de 2003, Aznar anunció a su sucesor, Mariano Rajoy. Para hacerlo, convocó a los tres candidatos con más posibilidades Rajoy, Rato y Oreja y al entonces secretario general del PP, Javier Arenas.

El 14 marzo de 2004 se produjeron las elecciones generales.

En definitiva, que Aznar lo anunció dos años antes de las elecciones.

Cree Mariano Rajoy que hay una diferencia: que a Aznar nadie le pidió que se marchara. Tampoco recuerdo yo que nadie se lo haya pedido abiertamente a Zapatero y sin embargo sí que recuerdo, con mucha precisión, que miles de personas se echaron a las calles contra la guerra de Aznar, o cotnra su gestión en el prestige, o contra las mentiras del 11-m. Así que algo sí que le pidió la gente, sí.

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