«El coche-bomba que la etarra Inés Del Río hizo estallar en la madrileña plaza de la República dominicana acabó con la vida de diez personas y mutiló a muchas más. No son sus únicas víctimas».

 


(Foto: flickr/Herrira)

 

«La lista incluye otras 13 personas, objetivos o víctimas colaterales. Uno de ellos, un ejecutivo norteamericano, Eugene Brown, que estaba de visita en Madrid».

«Como otros muchos asesinos, encontrados culpables en un juicio -continúa el artículo- Del Río fue enviada a prisión. No hay cadena perpetua o pena de muerte en España. Fue condenada en total a 3828 años de cárcel, pero el máximo tiempo que en España se puede cumplir encerrado es de 30 años. Su liberación, tras computar las reducciones de pena por buen comportamiento, debiera haber tenido lugar, pasados 21 años, en 2008. Pero una nueva interpretación, diseñada para los presos de ETA pospuso su salida hasta el 2017, hasta que el pasado 21, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos declaró esa interpretación ilegal. Del Río saió de prisión el día siguiente».

«Pero este no es el fin de esta historia. Otros 53 presos de ETA, responsables de docenas de asesinatos tendrán que ser liberados en breve. Además,una docena de violadores y asesinos tendrán que salir a la calle. En total, alrededor de 70 presos, de entre los más violentos de España, serán liberados a medida que los tribunales vayan admitiendo sus apelaciones».

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