Es una de esas paradojas de nuestra civilización: Veinticinco prostitutas africanas de los lugares más terribles de Nairobi, forman parte de una investigación, por su resistencia a contraer el virus del SIDA. En ellas podría residir la esperanza del primer mundo contra la terrible enfermedad que está devastando África.

Stephanie Nolen cuenta en «28: Stories of Aids in Africa» Ed.-Portobello Books- la impresionante historia de Agnes Munyiva de 56 años. Munyiva es una prostituta africana que lleva los últimos 36 años ejerciendo en el barrio más miserable y sucio de Nairobi.

Su experiencia ha sido retratada incluso por la revista TIME, porque resulta que esta mujer, junto a otras 24 prostitutas, se ha mostrado hasta ahora inmune al contagio del SIDA. Los médicos calculan que, a lo largo de su vida, Munyiva ha tenido unos 20 clientes diarios, se ha acostado sin protección alguna con más de setenta mil hombres, y entre ellos con unos dos mil enfermos de sida.

Y no es el único caso: en los burdeles de algunas zonas de África, los médicos buscan a mujeres como ella.

Contrariamente a la intuición, cuanto más tiempo lleva una mujer allí en su trabajo sexual, tanto más probable es que no enferme de sida. Y hay una paradoja -recogen en Semana.com- todavía más rara: «las prostitutas que no descansan, las que son tan pobres que nunca pueden tomarse vacaciones, las que no hacen jamás una pausa,  tienen menos posibilidades de infectarse que aquellas que no pueden más y dejan de ejercer por una temporada»

Las consecuencias del SIDA en África son devastadoras [ver reportaje Wahingtonpost]. Se calcula que la enfermedad mata 6.000 personas al día y contagia a otras 1500. En África viven unos 24 millones de infectados por el virus. Por supuesto los medicamentos, controlados por las grandes empresas farmaceuticas, están lejos del alcance de la población africana.

[Imagen portada y sección: AMREF]

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