La crisis catalana se está «jugando» en España, pero también en la opinión pública mundial y esto está provocando que los encargados de contar fuera lo que está sucediendo en Cataluña, los corresponsales de prensa extranjera, estén recibiendo una atención desmesurada. La escalada de tensión está haciendo que su trabajo y lo que escriben se mire con lupa y se interprete tanto por parte de los partidarios de la independencia catalana como por los que se oponen a ella.

Lo denuncian numeros corresponsales en sus medios y en sus cuentas de twitter. Explican que son molestados durante las manifestaciones, insultados mientras graban sus reportajes y linchados en las redes sociales de manera organizada. Están evidenciando su hastío por esta situación, sosteniendo que su trabajo es intentar reflejar lo que está pasando en Cataluña, escuchando a todos los actores afectados para que fuera se pueda entender mejor el conflicto, que ya está empezando a afectarles personalmente.

Sandrine Morel, la corresponsal de Le Monde intentaba con este tuit medio en broma, medio en serio suavizar la presión. Pero el editorial de su diario en el que se criticaba con dureza a Puigdemont y la Generalitat y una de sus crónicas en las que calificaba a TV3 de «cadena pro-independencia», han sido los últimos casos que han provocado una dura reacción y muchos mensajes en su contra. Ella misma ha rebatido algunas de las acusaciones y puesto de manifiesto el cansancio ante esta situación.

Oscar Jane le reprochaba: «Siempre a distancia, querida colega? Demasiado cerca de Madrid, la objetividad se pierde. No es un ataque sino una crítica ética». A lo que la corresponsal respondía: «Pff… He estado en TVE3, me he reunido 2h con su director, he desayunado con redactores y la veo desde hace dos meses. OK?»

https://twitter.com/mdetaillac/status/922728342406750208

Por su parte, Mathieu de Taillac, corresponsal de otro diaio galo de referencia, Le Figaro ha publicado esta semana en su twitter: «Esta cuenta está destinada a mis lectores, auditores y telespectadores franceses. Las oficinas de lloros de unionistas e independentistas que vayan a @desdelamoncloa & @govern». Con ello pretendía evidenciar su hastío por la lluvia de mensajes y acusaciones contra él o su diario. Y como ejemplo de las presiones e inexactitudes de las que son objeto, explicaba cómo una periodista española aseguró en la radio que Le Figaro habçia definido a Cataluña como un pueblo oprimido. Para rebatir «esas mentiras» citaba dos editoriales que decían justo lo contrario. Y añadía: «Finalmente, tras preguntárselo por mail, la periodista que nos acusaba de parcialidad ya no sabía si había leído el artículo en Le Figaro o en otro sitio».

Henry de Laguerie, de Europe 1 y colaborador de RTBF ha revelado: «Una madre de familia que no conozco me ha dicho en la manifestación `tu tiempo aquí se acaba´». Y añadía: «Y no me calmo. Es horrible esta presión que se está ejerciendo contra nosotros. Esos gritos ayer durante mi directo: `Fora prensa espanyola´». Y en un tercer mensajes denunciaba: «Está pasando ahora: los medios politizados en Cataluña y España y el difícil trabajo de los corresponsales».

Tom Burridge de la BBC contestaba así a algunas críticas vertidas en la red tras entrevistar a las esposas de Jordi Sánchez y Jordi Cuixart. Mientras que Elise Gazengel, de France Inter y otros medios franceses contaba cómo un conocido periodista independentista la acusaba de mentir por usar una cifra de asistentes a una manifestación o cómo escuchó más gritos de «prensa española manipuladora» que de «libertad» para los detenidos. Aunque también explicaba: «En una manifestación pro-España, no pudimos montar un plató de TV, los manifestantes gritaban `decid la verdad´ y no nos dejaban.» Y ante las acusaciones de una independentista que la acusaba de exagerar, afirmó: «Pero son solo anécdotas no? Sus tuits y los de sus colegas anónimos constantes y cotidianos son también pesados».

Estos son algunos de los casos que mayores reacciones han provocado, pero no son los únicos. En los mensajes de otros muchos corresponsales de medios de diferentes países, se evidencia como son constantemente interpelados por simpatizantes pro o anti independencia.

Sarah Morris, de France 24 respondía a un mensaje de Joan María Piqué, responsable de prensa extranjera de la Generalitat que sostenía que el estado español estaba siendo muy hábil en ratificar cada clichés que hay sobre España diciéndole: «Bueno muchos acusan a la gente de prensa catalana como usted mismo de ser muy hábil en usar los clichés para la causa independentista».

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