Quienes matan a sus parejas no cometen el crimen por desequilibrios piscólogicos, ni alteraciones provocadas por el alcohol o las drogas, sino que lo hacen con premeditación y conciencia, segun un estudio del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) que ha analizado 147 sentencias sobre violencia de género. El alcohol o las drogas sólo se apreciaron como atenuante en el 3,4% de los casos, mientras que la alteración psíquica se tuvo en cuenta en el 5,4% de las sentencias.

El informe también ha trazado un perfil del maltratador: varón extremadamente violento, de entre 30 y 45 años. Actua con premeditación, normalmente por la noche, entre las nueve y las dos de la madrugada. Suele usar sus propias manos para matar, en más de un tercio de los casos, las victimas fueron estranguladas, golpeadas o ahogadas y cuando utiliza armas blancas se ensaña: la media fue de 16 puñaladas.

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