Mientras en España la evolución de los partidos a la izquierda del PSOE es negativa, en el resto de la UE cada vez es más significativo el aumento de los partidos que apuestan por modelos alternativos. Del 10% de votos que tenía Julio Anguita en 1996, al 4% de Llamazares. Willy Meyer lo explica en Público:

«No ha sido hasta la última asamblea que IU se ha colocado unánimemente contra el capitalismo y a favor de una alternativa global al sistema».

Pero, ¿y qué pasa con la nomenclatura? En España, tras Izquierda Unida se esconde básicamente el Partido Comunista, como recordaba en radiocable.com Francisco Frutos… Sin embargo, en Francia, Olivier Besancenot, considerado por muchos franceses como el gran opositor de Nicolas Sarkozy, no esconde su condición «anticapitalista» a través del  Nuevo Partido Anticapitalista.

No obstante, el caso de España es singular. El PSOE se ha mostrado a lo largo de los últimos años más «fuerte» que la de los partidos socialdemócratas de Alemania o Portugal. En el país vecino, de hecho, el Bloque de Izquierda ha pasado del 2’8 de los votos al 9’85% en tan solo 7 años. ¿Por qué? Un parlamentario de este partido considera que la culpa es del Partido Socialista de Portugal y de su deriva «neoliberal».

En Alemania ha pasado algo parecido. La mala salud del Partido Socialdemócrata ha sido clave para que aumentara el peso de los partidos alternativos… El periodista chileno Leopoldo Lavín se ha fijado en esta cuestión.

La República de Irlanda (el 5 de mayo) junto con Portugal (28 de septiembre) son los dos países donde, tanto en las elecciones al Parlamento Europeo como en las legislativas y locales para elegir diputados y concejales, se ha constatado el mismo irresistible empuje de la izquierda ??esa que se la decretó muerta??; la antisistema.

«Las fuerzas de izquierda han propuesto la construcción de una Europa social y desnuclearizada a diferencia de las socialdemocracias que proponen una Europa liberal», dice Lavín. «Dicho de otra manera, los socio-liberales le abren la vía a la victoria de la derecha (como en Alemania y Francia), pero los éxitos de las izquierdas contribuyen a la construcción de una alternativa anticapitalista», añade.

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