Se llamaba Eduardo Martínez Alonso y fue un médico que ayudó a escapar por España a miles de judíos y perseguidos por los nazis en la Segunda Guerra Mundial. Ahora la alcaldía de Manuel Carmena baraja su nombre para una calle en la capital, quizá en sustitución de las que honraban a personas o símbolos franquistas. La noticia la han revelado grandes medios británicos como The Times o The Telegraph, que ponen de relieve que además de médico, Martínez Alonso era agente secreto británico.

El nombre y las actividades de Eduardo Martínez Alonso eran prácticamente desconocidos, hasta 2010. Ese año, su hija, Patricia  Martínez de Vicente, reveló en el libro «La Clave Embassy» que el médico de origen vigués trabajó como espía para la embajada británica y el MI6 y llevó a cabo una frenética actividad humanitaria. Ayudó, escondiendo en su casa, falsificando documentos y organizando una ruta de evasión por Galicia o Gibraltar, a miles de judíos y aliados a escapar de los nazis en plena guerra. Su historia fue recogida por varios medios británicos, que ahora también destacan que podría ser honrado en la capital.

The Times resalta que Madrid tendrá una calle en honor al agente británico. El artículo de Graham Keeley explica que Eduardo Martínez Alonso era visto como un respetable médico español aficionado al té, pero en realidad era un agente secreto británico que organizó durante la segunda Guerra Mundial, una red que desde los sótanos del salón-pastelería Embassy de Madrid evacuó a miles de soldados y judíos de la Europa ocupada por los nazis. Resalta que Winston Churchill estaba al tanto de las actividades del agente 055 que trabajó «bajo las narices de la Gestapo y de Franco» falsificando informes médicos y organizando la salida de refugiados a través de Galicia y Gibraltar.

The Telegraph señala el doctor español que salvó a miles de judíos desde su embajada está en la lista del Ayuntamiento para honrarle con una calle. El texto es de James Badcock y apunta que Eduardo Martínez Alonso organizó en Madrid una red para esconder y evacuar a miles de refugiados y judíos que huían de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Explica que utilizó como tapadera el salón de té del edificio en el que estaba la embajada británica en Madrid, de la que era médico, y su propio apartamento para atender a los refugiados. Señala que durante años casi nadie supo de su histora y heroísmo, pero ahora finalmente podría tener una calle en Madrid, ya que el Ayuntamiento está estudiando su nombre entre las personas a honrar este año.

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