El diario estadounidense recoge en un artículo titulado: «Dificil de digerir: las largas comidas en España amenazadas» diferentes propuestas para racionalizar algunos horarios y costumbres. Destacan como la crisis y los datos de productividad laborabal están impulsando una corriente de cambio.

Una comida
(Foto: Flickr/aguirregabiria)

El Boston Globe empieza explicando que muchos hombres de negocios siguen comiendo a la manera tradicional española: parten el trabajo con un descanso de dos horas o más para una buena comida – el resto de la jornada laboral queda condenada. Pero ahora muchos se preguntan si una España en problemas se puede seguir permitiendo una tradición que – para algunos bordea las fronteras de lo sagrado.»

«Mientras la crisis económica de Europa golpea duro, la cuarta mayor economía de la eurozona carga con una miríada de problemas propios, y la baja productividad como resultado de largas jornadas de trabajo es uno de ellos. El país busca a tientas la manera de reinventarse a sí mismo después de que la burbuja inmobiliaria que impulsó con fuerza la economía se pinchara hace tres años. El desempleo se ubica actualmente en 21,5%. La deuda se acumula en todas partes.» apuntan.

El diario explica que «una cosa que ayudaría es desechar el tradicional agujero de negro de productividad del mediodía, dicen los economistas y los defensores de una sociedad más al estilo americano con horario de 9 a 5. Quienes defienden la reforma dicen que la gente estaría más descansada y motivada, y por lo tanto trabajaría mejor, si pudieran salir más temprano y llegar a casa para hacer otras cosas como ejercicio o criar a sus hijos en persona.»

«Cada vez más empresas por lo menos toman nota de estos beneficios y se plantean cambiar, pero modificar los viejos hábitos y modos de pensar – omo la idea de que trabajar largas horas hasta la noche gana puntos de bonificación con el jefe – lleva tiempo, dicen sus defensores. Incluso Cepyme, la federación de las pequeñas y medianas empresas de España -que representan más del 90 por ciento de las empresas- dice que vale la pena considerar el mantenimiento de la jornada partida.»

Aseguran que «de las 17 naciones que comparten el euro, España es la 10ª en productividad por hora trabajada, de acuerdo con Eurostat, la agencia estadística de la Unión Europea.»

Y detallan como «hace décadas, los españoles comían, de hecho, antes, en sintonía con el resto de Europa. Pero después de la guerra civil española de 1936-1939 – y el periodo de ruina, hambre y otras penurias que siguió – la gente a menudo tuvo necesidad de dos trabajos para mantener a sus familias, uno por la mañana y otro por la tarde. De ahi la necesidad de una pausa más larga para comer y un tiempo de descanso, y… el nacimiento de una costumbre.»

«los economistas dicen que los horarios de 9 a 5 o más madrugadores y flexibles siguen siendo la excepción en las empresas españolas que pueden elegir, incluso aunque los largos almuerzos que eran la norma en otros países del sur de Europa como Italia y Portugal han desaparecido. Al igual que en las principales ciudades de América Latina, como Buenos Aires, Bogotá o Lima, donde la costumbre española, una vez dominó» sostiene el Boston Globe.

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