La disolución de la banda terrorista vasca está teniendo un amplio impacto en la prensa internacional, copando incluso, tras las valoraciones iniciales de la noticia, varias portadas en papel. Se subraya que el fin de ETA está siendo «escenificado», pero es un «mal menor para un bien mayor» que abre una nueva página para España y Euskadi. Y es precisamente los retos y oportunidades que van a surgir en el post-ETA lo que centra muchos análisis. Se mencionan las dificultades para la reconciliación, el problema pendiente con los presos de la banda o la gestión de las ambiciones independentistas una vez que ETA ya no esté como algunos de los principales.

Le Figaro subraya que con el fin de ETA se abre una nueva página para España. El diario francés le dedica su portada y sus tres primeras páginas a la disolución de la banda separatista que «ensangrentó España». Resalta cómo ETA ya «sin aliento» está escenificando su desmantelamiento, algo que irrita a las víctimas pero que puede ser una «etapa necesaria». Destaca el análisis de un «observador institucional que quiere guardar el anonimato» que señala que el acto y la forma de oficializar el fin, es «claramente una puesta en escena que debe permitir a ETA decirle al mundo que su disolución no es el resultado de su derrota, sino el resultado de su decisión». Pero enfatiza que «nadie esta obligado a creérselo» y sobre todo señala que «esta escenografía es mal menor para un bien superior». Se fija además en el «difícil camino» de reconciliación en sitios del País Vasco como Beasaín, donde los vecinos «ya se saludan» y empiezan a aceptar que «el dolor de uno no es superior al del otro».

Washington Post señala los retos que tienen ahora España y Euskadi tras el fin de ETA. El periódico estadounidense apunta que tras la disolución definitiva de la banda vasca, familiares de víctimas han avisado de que «la reconciliación no será fácil» reclamando en concreto que se aclaren crímenes sin resolver. Menciona también el problema con los 297 presos de ETA dispersos en España, Francia y Portugal y para los que se pide acercamiento a cárceles vascas. Y subraya asimismo que otro reto significativo que tocará afrontar ahora será el del nacionalismo vasco. Advierte de que el apoyo social y político a la independencia de Euskadi no ha desaparecido, aunque no es tan «sonoro» como el del «procés» en Cataluña. Y apunta que la propia ETA en su comunicado final ha resaltado que el problema vasco sigue sin resolver, pidiendo al gobierno español que preste atención a sus ambiciones.

The Guardian recuerda que «de ETA al IRA, hacer la paz significa hablar con el enemigo». El rotativo británico publica un artículo de opinión de Jonathan Powell, el negociador jefe británico en el proceso de paz de Irlanda del Norte, en el que se señala que el fin de ETA es «algo que celebrar» y con lecciones de las que aprender. Apunta que el gobierno español puede decir que el conflicto ha terminado gracias a las fuertes medidas de seguridad y la policía y asegura «y no hay duda de que es parte de la historia». Pero sostiene que es importante entender que había también un problema político que requería diálogo. Y en este sentido subraya que los sucesivos gobiernos españoles hablaron con ETA «aunque lo negaron». Repasa en concreto la negociación de Zapatero que aunque «fue complicada por el PP» y fracasó, permitió abonar el terreno para el alto el fuego de 2011. Sostiene que para acabar con los conflictos armados hay que combinar la efectiva presión de seguridad con diálogo y que eso requiere «un liderazgo fuerte, paciencia y voluntad para hablar con el enemigo». Y Powell sugiere que estas lecciones sirven también para Cataluña.

La Repubblica pone de relieve la reacción de «puño duro» de Rajoy al fin de ETA. El rotativo italiano, en una información de Omero Ciai, resalta que tras conocerse el documento en el que ETA anuncia su disolución, el presidente español reaccionó con dureza asegurando «no le debemos nada y no le reconoceremos nada. Nunca tendrán impunidad por sus crímenes». Señala asimismo que ahora el debate con respecto a ETA se centra en dos temas: el acercamiento de los presos al País Vasco, -algo en lo que, resalta, está muy interesado Urkullu, pero es motivo de confrontación con Ciudadanos- y la petición de las víctimas de que ETA ayude a identificar a los responsables de crímenes sin resolver.

The Irish Times apunta que el terrorismo de ETA ha sido el mayor obstáculo para sus aspiraciones políticas. El editorial del diario irlandés dice que aunque el fin de la banda que mató a más de 850 personas en su campaña por la independencia se predijo varias veces erróneamente, ahora ha anunciado que ha desmantelado todas sus estructuras. Señala en cualquier caso que «apenas tenía estructuras», activistas libres o armas. Menciona también las disculpas de ETA enfatizando que aunque los críticos las rechazaron por distinguir entre víctimas, «el tono y contenido» del perdón hubiera sido inconcebible por parte de los «dogmáticos militaristas» que dominaron el grupo durante años. Resalta en este sentido que ETA tuvo que cambiar su propia naturaleza antes de desmantelarse. Sostiene que tras el alto el fuego el apoyo político a la independencia vasca ha crecido, porque el terrorismo de ETA fue durante mucho tiempo el mayor obstáculo para sus aspiraciones políticas. Ah0ra señala que queda pendiente la situación de los presos que sería «sabio» por parte de España acercar al País Vasco pues «ya no suponen una amenaza».

Süddeustche Zeitung señala el desarrollo y el auge económico, junto con la eficacia policial como causas del declive de ETA. El análisis del diario alemán que firma su corresponsal Thomas Urban resalta que ETA era desde hace tiempo una organización «seca» que había perdido gran parte del apoyo popular «por el auge económico, por la eficacia de la policía y porque muchos de sus objetivos originales se lograron por medios civiles». Apunta que hoy en día la cultura vasca ya no se ve amenaza y la región tiene un desarrollo que no podía preverse hace una generación. Añade que ETA cometió además errores que iniciaron su decadencia, en particular el asesinato de Miguel Ángel Blanco, y que los gobiernos de España y Francia le asestaron «golpes sensibles» que han llevado ahora a su fin definitivo.

Sud Ouest señala que el «post-ETA» es un camino difícil. El diario galo resalta que la organización separatista ha oficializado su disolución definitiva. Pero apunta que siguen pendientes las cuestiones de los presos y la reconciliación que están bajo el control de Madrid y París.

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