Los efectos económicos que el «procés» y todo lo sucedido en torno a él han provocado en Cataluña son analizados y puestos de relieve por The Wall Street Journal y The Economist entre otros. Dan por válida la cifra de 3.000 empresas que han sacado sus sedes sociales de la región a causa de la incertidumbre política generada por el referéndum del 1-O y citan casos concretos del impacto económico en determinados negocios y sectores. Pero sobre todo enfatizan que los empresarios se muestran confiados en que el resultado del 21 D puede hacer que el daño sea limitado y contenido. Y señalan que esto podría lograrse tanto  si el nuevo gobierno catalán no es independentista como si lo es, pero abandona la vía unilateral y cumple la ley.

The Wall Street Journal habla del impacto económico del procés en negocios catalanes y de las esperanzas de que el 21D genere una recuperación. La crónica de Jeannette Neumann empieza relatando el caso concreto de un restaurador de Barcelona, Carlos Manresa, que dice que las «revueltas otoñales» le han costado un tercio de sus ingresos, obligándole a cerrar temporalmente uno de sus tres locales y despedir a 8 personas. Y resalta que tanto éste como otros empresarios de la región han puesto sus esperanzas en que las elecciones del 21D traigan un gobierno que acaben con las turbulencias generadas por el proceso independentista.

 

Sostiene de hecho que los temores sobre el impacto económico ha «galvanizado» a los partidos que se oponen a la independencia y obligado a «bajar el tono» a los independentistas. señala que unas 3.000 empresas han salido de Cataluña desde octubre, y aunque la mayoría solo ha cambiado su domicilio social, existe el miedo de que también se trasladen industrias y empleos y un gobierno independentistas es elegido y retoma el enfrentamiento con el Estado central. Aunque cita a Javier Faus de Meridian, que sostiene que si el nuevo Govern aunque sea independentista abandona la via unilateral y cumple la ley, el daño económico será contenido.

The Economist apunta que las empresas en Cataluña han «votado marchándose» contra la incertidumbre política. Explica que más de 3.000 firmas han sacado sus sedes sociales a otros lugares de España y unas 1.000 han cambiado también su sede fiscal. Y cita a un empresario cementero que razona que «están acostumbrado a tratar con crisis políticas, pero no a que se incumplan las leyes» para justificar el traslado. Advierte que estos cambios no significan que se traslade el negocio, pero señala que en la práctica esto puede tener efectos sobre las plantillas, especialmente en el caso de las empresas que trasladan las reuniones de los consejos, ya que puede «arrastrar» a los cargos. También apunta que la actividad económica se ha ralentizado en otros sectores, como por ejemplo, inmobiliaria, donde los inversores están en actitud de «esperar y ver». Añade que dependiendo del resultado del 21 D, la confianza empresarial podría regresar lentamente, pero es probable que muchas empresas mantengan sus sedes fuera de Cataluña durante un tiempo «por si acaso».

RTS señala que el octubre «agitado» que vivió Cataluña ha dejado secuelas económicas. La crónica de Valerie Demon cita a Aragones, ex responsable de Economía catalán, que admitió en un coloquio en el Circulo de Empresarios de Cataluña el «impacto coyuntural económico» en la región, aunque circunscribiéndolo a octubre y noviembre y a consumo y turismo. En este sentido se recogen también los datos que indican que Cataluña recibió este mes de octubre un 4,7% menos de turistas que en el mismo mes del año anterior. Y añade que también han caído las visitas de los turistas con mayor poder adquisitivo, los británicos y los viajeros de negocios.

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