Iñaki Gabilondo en Noticias Cuatro: «Ya no es preciso leer entre líneas como antes. Los términos que empleen el lehendakari o el presidente ante los periodistas no aportan ninguna información suplementaria, aunque haya llamado la atención que Ibarretxe hable de enrocamiento de Zapatero.

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El plan de Ibarretxe no puede salir adelante, eso es todo. El resto es buena educación y respeto institucional. Incluso si la propuesta del lehendakari es letra por letra la que los socialistas ofrecieron en Loyola, más rotundo ha de ser el no. Es una propuesta que se ha comprobado fallida, inútil, inservible. Todos aprendemos de nuestros errores, o hacemos lo que podemos para no tropezar dos veces en la misma piedra. Ibarretxe, un hombre honesto y de enorme voluntad, confunde la perseverancia con la contumacia y eso le lleva a engaño. Cree que es posible lo que se ha visto claramente que no lo es y está encajonando a su partido en lugar de oxigenarlo hacia el futuro. El error central del lehendakari se transparenta en su frase: ??Zapatero quiere elecciones, no soluciones?. Aparte de que resulta chocante que un político democrático considere antagónicas soluciones y elecciones, se equivoca cuando cree que un acuerdo Zapatero-Ibarretxe resolvería los problemas que pueda haber en el País Vasco. Porque ese problema está mal diagnosticado: hablar de un conflicto Euskadi-España es huir de la realidad, es saltarse unos cuantos peldaños. El conflicto está en la sociedad vasca, en la que conviven ideas y sentimientos tan encontrados que no hay Madrid que los disuelva. Esto es ya evidencia clamorosa, que más pronto o más tarde todos hemos comprendido. Pretender convertir La Moncloa en el deus ex machina que resolviera el embrollo de Euskadi fue históricamente un fetiche, luego pasó a ser una forma de escurrir el bulto. Ahora es el palo ardiendo al que asirse para vitaminar una posición política debilitada.»

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