Iñaki Gabilondo en Noticias Cuatro: «Mañana comienzan las sesiones de investidura que convertirán a Zapatero en presidente, con casi total seguridad en segunda vuelta. Hay interés en conocer su discurso pero no hay pasión porque la legislatura que comienza va a ser todo prosa, gestión a ras de suelo.

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Y porque el resto de los partidos tiene entretenimientos en su propia casa. El entretenimiento en casa del Partido Popular se ve más claro cada día. Rajoy se desdibuja por momentos y cuesta creer que pueda salir a flote cuando lleguen las enormes olas que se dibujan en el horizonte. Esperanza Aguirre dice que «no descarta nada y que por ahora no», lo cual quiere decir que está haciendo cuentas y sumando votos de compromisarios. Si llega a presentarse es que va a ganar. Si no va a ganar, no se presentará. Es un puro juego táctico pero de él se desprenderá una derecha u otra. Como Esperanza Aguirre viaja con los altavoces puestos y locutor de guardia, sabemos muy bien qué piensa. Piensa que el PP debe ser como ha sido en esta legislatura pero con un líder mejor. Ella, liberal en lo económico y dispuesta a sumar todo lo haya desde el centro hasta el último confín de la extrema derecha, en lo demás; sin despreciar el más rancio nacionalcatolicismo, con polillas y todo. Duro que vuela, a la cazuela. No se da cuenta de que así suma pero, al mismo tiempo, moviliza hasta a la izquierda más desencantada. Tenemos diez millones de votos, dice, pero no se pregunta cómo ha logrado el PSOE once, a pesar de todos los pesares. Cataluña y el País Vasco se lo podrían explicar. Mientras, Zapatero se prepara para gobernar cuatro años difíciles. Mañana, sesión de investidura.»

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