El diario de EEUU analiza en un artículo que firman sus dos corresponsales en España, Doreen Carvajal y Raphael Minder, la figura del «castigado» Rey de España, justo después del viaje a Nueva York del monarca para mejorar la Marca España. El NYT recoge desde los elogios a la figura de Don Juan Carlos por parte de diplomáticos y empresarios hasta las sospechas sobre su fortuna personal o su controvertida relacion con la princesa Corinna.

El Rey Juan Carlos

El New York Times asegura: «Con España sumida en una recesión económica, muchos españoles están cuestionando a su rey, durante mucho tiempo reverenciado por su papel en la democratización de la nación, pero que ahora está siendo sometido a escrutinio por su lujoso estilo de vida y su opaca fortuna. La crisis económica en Europa ha hecho que políticos y contribuyentes desde Bélgica a Inglaterra sopesen abiertamente los costes de subvencionar a la realeza.»

Hablan también de su papel en el extranjero y las dudas sobre su fortuna: «El rey Juan Carlos está muy bien valorado en los círculos empresariales por actuar como una suerte de facilitador de acuerdos y un embajador económico para su nación, pero la forma en que ha amasado su considerable fortuna personal permanece en secreto. La riqueza de la familia real española se ha estimado en hasta 2.300 millones de dólares, aunque sus sus defensores afirman que está suma fue inflada por la inclusión de los bienes del Estado.»

El artículo también recoge la polémica sobre Corinna zu Sayn-Wittgenstein: «La prensa del corazón española la describe como su amante, algo que ella ha negado en una entrevista. También negó que se hubiera beneficiado de su asociación con Don Juan Carlos mediante un fondo de inversión hispano-saudi. La Sra. Sayn-Wittgenstein habló del rey como de un amigo de la familia y describió su papel en otros viajes reales como asesora estratégica del gobierno español a través de su compañía, Apollonia Associates: `El rey es un tesoro nacional. Cuando él entra en una habitación, irradia calidez y carisma y conecta con todo el mundo. Nadie escapa a ello´dijo. «.

[Leer el artículo completo en The New York Times]

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