La divulgación del escándalo le costó la presidencia a Nixon y convirtió a Bob Woodward, Carl Bernstein y al Washington Post en los símbolos por excelencia del periodismo de investigación. Sin embargo ahora, 37 años después, dos ex reporteros del New York Times han revelado que ellos también recibieron información privilegiada sobre el Caso Watergate -incluso antes de las filtraciones de Garganta Profunda-… sin embargo, no se profundizó en ella perdiéndose la oportunidad para el diario de los Sulzberger de llevar la iniciativa en la mayor exclusiva de la historia.

Portada del NY Times con la dimisión de Nixon

Lo revela ahora un artículo de Richard Perez Peña, otro periodista del NY Times. En agosto de 1972, dos meses después del robo en el complejo Watergate, el reportero Robert M. Smith, comió en Washington con el director del FBI, Louis Patrick Gray. Y éste le reveló aspectos explosivos del caso, como la culpabilidad del fiscal general John Mitchell y la implicación de la propia Casa Blanca. Smith volvió corriendo a la redacción y le contó la conversación a Robert H. Phelps, uno de los editores que grabó las revelaciones.

Sin embargo todo esto se produjo el último día como periodista del NYT de Bob Smith, que dejó el diario para ir a la Universidad de Derecho de Yale. También coincidió con la Convencion Republicana que exprimía todos los recursos de información política del Times. Y nada más acabar ésta, Phelps se marchó de viaje a Alaska durante un mes. Durante todo ese tiempo, las revelaciones quedaron «en un cajón», sin que nadie profundizara en ellas. Y luego de alguna forma desaparecieron las notas y la grabación de las denuncias.

El propio Robert Phelps ha reconocido los hechos en su autobiografía e incluso acepta que «probablemente fuera culpa suya» que estas pistas para desentrañar el mayor caso de corrupción y espionaje político de la historia de EEUU se perdieran. Confiesa además que no sabe qué fue del material. El resultado final en cualquier caso es que el New York Times desaprovechó en favor de su gran rival el Washington Post los primeros indicios de que se trataba de una gran historia.

Lo irónico del caso es que estas pistas sobre la gravedad de los hechos provinieron de una fuente más que fiable, nada menos que el entonces director del FBI. Y curiosamente significa también que en cierto modo los dos hombres más poderosos en esta agencia gubernamental, Patrick Gray y Mark Felt, entonces Nº2 y conocido mundialmente como «Garganta profunda», filtraron información sobre el Watergate a periodistas.

Gray murió en 2005 y según su hijo desaprobaba las filtraciones. Sin embargo apreciaba a Robert Smith y le dió varias entrevistas. Edward Gray cree que si su padre pudo hablarle de los aspectos oscuros del caso fue porque pensó que Smith, que al día siguiente se iba a Yale, ya no era periodista.

Aunque según recuerda Smith, el director del FBI le dió mucha información mencionando los nombres de Donald Segretti encargado de los trapos sucios y del fiscal John Mitchell. Tan sólo se calló cuando el reportero le preguntó si estaba involucrado el presidente. «No me contestó, pero la respuesta estaba en su mirada».

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