Chapas y tapones

Una chapa, un tapón de plástico, el envoltorio de un caramelo o la tapa de un yogur… todas estas pequeñas cosas también se dejan en el contenedor amarillo para que sean recicladas. ¿Pero lo son? El blog Ecolboratorio Ambiental ha investigado qué pasa con todos esos pequeños y qué se puede hacer para garantizar que sean efectivamente reciclados. Además una nueva web reciclaenvases.com que ofrece información y consejos para aprender a reciclar y aclarar dudas. (Foto: Flickr/Pabloy)

Los pequeños objetos están hechos de materiales recuperables, pero su reducido tamaño hace que muchos nunca se reciclen. Al parecer no hay un límite de tamaño estandarizado que determine si un residuo puede ser reciclado. Depende de cada material y de cada planta de tratamiento. Fundamentalmente, depende de las características del trómel, la máquina que criba los residuos cuando llegan a la planta. Segun el «hueco» por el que se hace el cribado, habrá más o menos restos pequeños que se queden ahi.

Antonio Barón, director de Comunicación de Ecoembalajes España S.A. Ecoembes dice que «es imposible reciclar el 100%, el coste económico y ambiental de recuperar todo lo pequeño sería impensable. El sistema está ideado para que el 100% de los envases sufrague el coste de aquellos que se reciclan, que hoy está en el 66%. Es un concepto solidario.»

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Por eso envoltorios de caramelos o la tapa de un yogur en principio no está previsto que pasen el filtro del trómel. Pero hay maneras de logarlo. Asi por ejemplo si la tapa llega a la planta de tratamiento todavía enganchada al envase del yogur o los pequeños envoltorios se acumulan en uno más grande acabará todo junto convertido en granza de plástico.

Los tapones metálicos o las chapas sí suelen ser reciclados ya que tanto en las plantas de reciclaje de residuos como en las de vidrio, un electroimán recupera todos los restos metálicos que hayan podido quedar mezclados con la basura descartada.

Si se quiere reciclar tapones de plástico es necesario tirarlos al contenedor adheridos a su envase correspondiente. Si se hace esto, el sistema troceará las botellas y luego, en el proceso de lavado, los tapones se separarán del resto en el agua, pues se trata de plásticos con densidades distintas. Y cada uno se reciclará segun sus propiedades.

Y una última recomendación de reciclaje de pequeños restos: el aluminio no es atraído por los electroimanes, pero puede recuperarse en las plantas de residuos con un separador de corriente de Foucault. Pero para ello tiene que pasar antes el trómel, lo que resulta difícil cuando se trata de un trozo de papel de aluminio hecho una bolita, el consejo es compactar este resto lo menos posible.

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