La reacción del gobierno español a finales de 2013 cuando la Audiencia Nacional dictó orden de arresto internacional contra cinco altos cargos chinos, incluido el ex presidente Jiang Zemin, por la represión en Tibet, ilustra una tendencia que cada vez se ha hecho más global entre los países occidentales que parecen eludir por todos los medios cuestionar a Pekín sobre asuntos de derechos humanos por temor a represalias económicas. Es lo que sostiene un artículo en la versión europea del digital de EEUU que firma Diego Torres. Apunta que entonces China reaccionó a la orden «congelando» todos los encuentros con altos representantes españoles, incluido Rajoy y que  Madrid «trabajó duro y rápido», limitando la Jurisdicción Universal en el Congreso, para evitar que el caso tuviera impacto económico justo cuando España empezaba a recuperarse de la crisis.

The Politico asegura que para entender por qué la UE está rehuyendo desafiar a China sobre su expediente en derechos humanos, sólo hay que mirar qué pasó la última vez que un país europeo, España, «se cruzó con Pekín». Y recuerda la decisión de la Audiencia Nacional en noviembre de 2013 de pedir una orden de arresto internacional contra el ex presidente chino Jiang Zemin, el ex-primer ministro Li Peng y otros altos cargos. Detalla cómo la respuesta oficial de China fue mostrar su «fuerte malestar y firme oposición» y advertir de que ésto podría dañar las relaciones bilaterales. Pero enfatiza que la reacción «detrás de bastidores», fue congelar todos los encuentros de alto nivel con representantes españoles, incluida la visita de estado de Mariano Rajoy.

El reportaje explica que entonces el gobierno español «se jugaba mucho» en su relación con la segunda mayor economía del planeta, en un momento en el que España empezaba a recuperarse de la crisis y China era un gran comprador deuda pública y bonos españoles. Y destaca que si finalmente la crisis diplomática no tuvo un impacto perceptible en la relación económica, es porque «Madrid trabajo duró para evitarlo», aprobando una ley para limitar la jurisdicción universal apenas 17 días después de estallar el caso, logrando que este fuera sobreseído cuatro meses más tarde. The Politico señala que la forma de gestionar la crisis de España es una tendencia global en los países de Europa que se rehúyen criticar a Pekín por los DDHH por temor a represalias económicas.

The Politico es un diario digital e impreso creado en 2007 pero que se ha convertido en uno de los más influyentes en la política de EEUU. Lo fundaron John F. Harris y Jim VandeHei, ex periodistas del Washington Post y pertenece a Capitol News Company, que controla Robert Albritton, con fundador del diario. Su línea editorial es bastante neutra, ya que ha sido acusado tanto de pro conservador, como pro liberal. Su website recibe más de 3 millones de visitantes al mes y su edición en papel tiene una circulación de 33.700 ejemplares que se distribuyen gratuitamente en Washington y Nueva York. En 2015, Politico lanzó su versión para Europa, de la mano de Axel Springer.

Diego Torres es corresponsal de The Politico en España desde octubre 2015, además colaborador de Associated Press, en su departamento de videos. Anteriormente ha trabajado en Expansion y en El Mundo, del que fue corresponsal en China durante cinco años. Y también ha colaborado con El Colombiano o Excelsior. Es además autor del documental «El viejo loco que movió las montañas» (The foolish old man) sobre la lucha de la sociedad civil por cambiar China. Entre los artículos que ha escrito sobre España, destaca el perfil de Susana Díaz en quien confía el aparato para «arreglar» el PSOE, la advertencia de que los presupuestos españoles de 2017 tienen un «base frágil», la constatación de que ha regresado la «España pródiga» a la UE, que no es «país para viejos fascistas» o la guerra contra los turistas de Barcelona.

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