La misión Proba-3 será la primera en el mundo en la que dos naves volarán en formación por el espacio como un solo cuerpo y con una precisión submilimétrica. La industria española, a través de la empresas Sener, lidera este proyecto de la Agencia Espacial Europea.

Se trata de conseguir demostar que es posible que dos naves espaciales vuelen en formación con precisión submilimétrica. Esta configuración permitiría crear enormes telescopios espaciales con la lente y el detector separados centenares de metros.

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Hasta la fecha, apenas se han planteado misiones de satélites en formación, y las que se han realizado han tenido lugar en el entorno terrestre y con una precisión de decenas de centímetros. La nueva misión, que lidera Sener, incluye dos satélites de unos 340 y 200 kilogramos, respectivamente, que despegarán en 2017 -se valoran lanzadores de India y Estados Unidos- y viajarán conectados hasta su separación en una órbita muy excéntrica.

Las operaciones asociadas al vuelo en formación se harán en el tramo más lejano de la órbita, el apogeo, situado a más de 60.000 kilómetros de distancia, ya que aquí las perturbaciones gravitatorias se atenúan y no complican ni encarecen las maniobras.

Uno de los experimentos estrella de Proba-3 será la ocultación del Sol con una de las naves, de tal forma que la otra -alejada 150 metros- podrá analizar la corona solar con un detalle sin precedentes. Proba-3 también servirá para validar varios sensores ópticos y láser.

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