He nacido cuando he nacido y eso no lo he podido elegir. Y una de las cosas que más me frustran de la etapa existencial que me ha tocado,  es la carencia de  teorías de altura que puedan aplicarse a la problemática general al menos como base referencial; Como punto de partida. Culpar de ello a la imposibilidad de acceso al conocimiento sería una simpleza dado que si hay algo que caracteriza  esta época es el trasiego de información en el ámbito planetario, y a título personal imposible por  mi curiosidad insaciable. Por eso solo me queda una respuesta: Hemos dejado de pensar. Las causas nunca justificarían el vacío de ideas, dado que se trata de ??una pescadilla que se muerde la cola?, pero el resultado de esta improvisación de actitudes creo que vamos a pagarlo muy caro.
Nunca he sido aficionada a los mitos y exceptuando a los Reyes Magos y al Ratón Pérez ( admirados por mí, ambos por su capacidad de trabajo), no ha existido personaje ante el que haya inclinado la cabeza. Sin embargo, sí he sentido un rechazo visceral ante quienes, por soberbia, por fanatismo o por intereses ocultos  obstruyen  una obra  ajena de interés general ( mejorable siempre, es indudable, pero jamás despreciable )

Por esta razón, y en un momento en que al margen de elecciones o no elecciones, debería prevalecer  la  NECESIDAD de, intentar al menos, TERMINAR con el monstruo del TERRORISMO, se hace más actual que nunca la frase de Sócrates dirigida a uno de sus detractores:

?? Preocúpate menos por Sócrates y más por la verdad?.
¿ Filosofías para Rajoy y Otegui…?  No se hizo la miel para la boca del asno.

 Lo malo de ésta historia es que sin miel nos quedamos todos

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