El corresponsal de Le Figaro valora en radiocable.com la dimisión de la ministra de Sanidad, Carmen Montón y el impacto en la política y en la universidad de su caso y de los otros másters fraudulentos de Cifuentes y Casado. Apunta que le llama la atención que los tres escándalos hayan sucedido en la misma universidad, URJC, y con un mismo patrón que indicaría que había «cierta costumbre de hacer más fácil la obtención de títulos por alumnos VIP políticos». Sobre si esto puede afectar a la imagen de la universidad española en conjunto, Mathieu de Taillac señala que «dependerá de la respuesta» de las instancias universitarias, aunque cree que el sistema tiene la suerte de que todos los casos hayan sido en la URJC lo que hará más fácil presentar el problema como sobre todo de un centro concreto. Y con respecto al impacto político, asegura: «Pablo Casado tiene ahora un problema más gordo».

Mathieu de Taillac señala tras el caso Montón: «Parece que ahora se dimite más rápido en España». Aunque califica de «raro» que el presidente Sánchez saliera respaldando a la ministra sólo unas horas antes de que dimitiera. Y resalta que algo similar sucedió con el Ministro de Cultura: «Hay una acumulación de noticias que se dan a cuentagotas hasta que la situación se vuelve insostenible. En este caso, la gota que colmó el vaso fue la noticia de cómo se hizo el trabajo de fin de máster».

Con respecto al impacto político del escándalo asegura: «Da la impresión de que Pablo Casado tiene un problema más gordo desde anoche. El va a decir que los casos no tienen nada que ver. Pero es verdad que de los tres casos que ha habido, dos, Cifuentes y Montón, han dimitido. Los tres son de la misma universidad y con dudas parecidas reveladas por el mismo medio. Parece que algunas personas aceptan errores o les obligan a aceptarlos y otros no».

El periodista valora los tres casos de máster fraudulento y apunta que lo que más le sorprende es que todos sean de la misma universidad, la Rey Juan Carlos, y del mismo instituto: «hay indicios que parecen indicar que había cierta costumbre de hacer más fácil la obtención de títulos por alumnos VIP políticos. Cada uno puede interpretar qué interés puede tener una universidad pública en facilitar títulos a políticos, pero parece que hay un problema con esta estructura en esta universidad concreta. Porque los tres casos siguen el mismo patrón.»

Mathieu de Taillac también destaca que de estos escándalos le llama la atención «que un político tenga esa necesidad de tener un máster después de la edad habitual para sacarse una carrera y un máster. Si es un afán por volver a la universidad me parece interesante intelectualmente, pero no acabo de entenderlo. Si es porque creen que da puntos en su currículum de cara a las elecciones, no creo que los votantes lo miren. Me sorprende ese afán de reciclarse de los políticos y creo que tiene que ver con algo que pasa en la sociedad española y que consiste en definirte por lo que estudiaste hace 20 años. Gente que trabaja en gabinetes de comunicación que dice que es periodista porque fue lo que estudió. Observo una fijación en decir que lo que has estudiado te define para el resto de tu vida».

Y sobre el daño que estos escándalos pueden hacer a la imagen de la universidad española, el corresponsal apunta: «El sistema universitario español tiene la suerte de que los tres escándalos hayan sido en la misma URJC. Así pueden decir que es algo que afecta a una universidad en concreto. Y dentro de las madrileñas es una que es relativamente reciente y no ha tenido tantos años para acumular un gran prestigio. Si hubiera sido en alguna de las grandes y tradicionales de Madrid, Barcelona u otras ciudades, igual la alarma sería más grande en la comunidad universitaria española y en el resto del mundo. Creo que aun se puede controlar, pero dependerá de la respuesta que tengan las propias instancias universitarias. Cuanto mayor y contundente sea la respuesta de otras universidades más fácilmente se leerá que el problema es, sobre todo, de una en concreto».

Mathieu de Taillac es el corresponsal en España de Le Figaro desde 2010. También colabora con Radio France y BFMTV. Anteriormente trabajó en El País y en ADN.es.  En sus crónica ha hablado de los “asuntos sucios de la derecha española”, de las “devoluciones en caliente” de inmigrantes, la restauración de la confianza empresarial, la “bajada a los infiernos de Zapatero“,  o el “peligroso crack demográfico” que amenaza a España. Además ha firmado entrevistas a Artur Mas, José Maria Aznar y Pedro J. Ramírez que dieron mucho que hablar.

 

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