Tras cuatro semanas de testimonios y alegatos en Londres, la jueza Vanessa Baraitser ha dado por concluido el proceso judicial para dictaminar sobre la extradición a EEUU del fundador de WikiLeaks, Julian Assange. Y ha anunciado que dará a conocer su decisión el próximo 4 de enero rechazando asimismo la petición de otorgar al acusado la libertad condicional. El juicio ha sido convertido en un símbolo de la lucha por libertad de prensa y la defensa insiste en las «motivaciones políticas» del mismo.

Julian Assange aún deberá esperar hasta el 4 de enero para conocer si su extradición a EEUU que le acusa de 18 delitos de espionaje es autorizada por la justicia británica. Y seguirá asimismo en prisión preventiva al rechazar la jueza su libertad condicional. Su defensa denuncia que esta decisión judicial implica que en el caso de que cualquiera de la partes apele la resolución, lo que podría alargar años el proceso, el activista australiano permanecería encarcelado.

El juicio ha contado con numerosos testimonios en favor de Assange. Entre ellos estuvo Noam Chomsky que aseguró que el creador de WikiLeaks hizo un gran servicio a la humanidad  con sus revelaciones y que el gobierno de EEUU le está criminalizando. Otro testigos presentados por la defensa del activista australiano revelaron cómo fue espiado durante su asilo en la Embajada de Ecuador e incluso se ha revelado que la inteligencia estadounidense se planteó envenenarle. La defensa también ha denunciado el «desprecio» de la jueza que denegó todas sus alegaciones, desde la petición de más tiempo para preparar el caso, la admisión de nuevas acusaciones a última hora o sobre la incautación de los documentos (por agentes de Estados Unidos) que Assange tenía en la embajada de Ecuador.

WikiLeaks publicó en 2010 más de 700.000 documentos secretos sobre las guerras de Irak y Afganistán, cables del Departamento de Estado, e informes sobre sobre detenidos en la cárcel de Guantánamo que revelaron crímenes de guerra, abusos y violaciones de derechos humanos cometidas por EEUU. La fiscalía estadounidense acusa a Assange, fundador de WikiLeaks, de conspirar, revelar documentos de defensa nacional, obtener y recibir información de manera ilegal y pide penas de prisión de hasta 175 años.

El juicio contra Assange, que se reanudó el pasado 7 de septiembre tras ser pospuesto por la pandemia, ha tenido poca repercusión en los medios de comunicación pero ha provocado numerosas protestas y manifestaciones de asociaciones pidiendo su libertad y en defensa de la libertad de prensa. La propia esposa del activista, Stella Morris, acudió a la última sesión del juicio y advirtió: “EEUU dice que puede llevar a cualquier periodista de cualquier parte del mundo a juicio en su territorio si no le gusta lo que están publicando”. Por ello insistes en que la lucha no es solo por Assange, sino por la libertad de prensa.

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