«La desafortunada restauración del fresco de una iglesia por una feligresa se convirtió en una máquina de hacer dinero y la ciudad de Borja cobró fama internacional, pero ahora es el centro de una nueva polémica. El sacerdote de la parroquia, donde el Ecce Homo ahora atrae a cientos de visitantes cada semana, fue detenido por embolsarse presuntamente fondos pertenecientes a la iglesia de alrededor de 210.000 euros».

 


(Foto: flickr/Joanjo Aguar)

 

«Florencio Garcés, de 70 años y sacerdote de Borja, -cuenta Fiona Govan en su artículo-fue detenido por la Guardia Civil como sospechoso de malversación de fondos parroquiales después de una investigación que ha tenido lugar los últimos cinco meses. También se enfrenta a cargos de lavado de dinero y abuso sexual. La detención ha causado estupefacción en una localidad que saltó a la fama, el pasado año cuando la artista local, Celia Giménez, de 83 años, intentó restaurar un fresco de 100 años de antigüedad, con el rostro de Cristo, con terribles resultados, aunque, todo hay que decirlo, también muy divertidos».

«Su amateur trabajo de restauración en agosto de 2012 transformó el Ecce Homo en el hazmerreír mundial y las imágenes del antes y el después se extendieron rápidamente por las redes sociales. Ese nuevo icono, sin embargo, denominado Ecce Mono ha supuesto unas inesperadas ganancias para este pueblo de Aragón gracias a la llegada de unos 70.000 turistas, sólo el primer año».

«Las autoridades de la Iglesia comenzaron a cobrar una entrada de un euro para ver la pintura y los fondos se destinaban, en principio, a un hogar caritativo local que atiende a 60 personas. El sacerdote fue liberado sin fianza después de comparecer ante un juez de instrucción de Tarazona, pero la investigación sigue abierta».

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