La degradación del medio ambiente y la crisis climática, a escala mundial, propician un aumento de la violencia contra las mujeres y las niñas. Y los esfuerzos por combatir la emergencia están fracasando en parte por que se desperdician recursos al no tenerse en cuenta la desigualdad de género y el impacto negativo del cambio climático sobre las mujeres y las niñas. Esto es lo que asegura un estudio de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), del que se hacen eco The Guardian y ElDiario.es, y que pide abordar la crisis climática desde una perspectiva de género.

(Foto: Flickr/Oxfam)

El estudio es el más ambicioso y exhaustivo hecho sobre cambio climático y violencia de género y ha durado dos años. Establece un vínculo entre ambos fenómenos ya que según explica una de las autoras: «A medida que aumenta la degradación ambiental y la presión sobre los ecosistemas, se generan problemas de escasez y de presión para las personas, y la evidencia muestra que, donde las presiones ambientales aumentan, la violencia de género también aumenta».

Seis de cada 10 personas que respondieron a la encuesta de la UICN entre más de 300 organizaciones de todo el mundo, reconocieron haber constatado episodios de violencia de género contra defensoras de los derechos ambientales, inmigrantes y refugiadas ambientales en zonas donde se estaban produciendo delitos ambientales y degradación del medio ambiente. En el concepto de violencia de género del estudio están incluidas la violencia doméstica, la agresión sexual, violación, prostitución forzada, matrimonio forzado e infantil, entre otras.

El informe ha documentado casos concretos en el Sudeste asiático y en el África oriental y meridional los pescadores se negaban a vender pescado a las mujeres si no mantenían relaciones sexuales; en la República Democrática del Congo donde la tala ilegal y el comercio de carbón vegetal están vinculados a la explotación sexual; y en las minas ilegales de Colombia y Perú que guardan una estrecha relación con el aumento de la trata con fines de explotación sexual.

Desde la UICN se apunta que, pese al vínculo entre crisis climática y violencia de género, son pocos los proyectos de protección y mejora del medio ambiente que abordan esta cuestión. Y de hecho se asegura que los esfuerzos por reparar el deterioro del medio ambiente y adaptarse a la crisis climática están fracasando en los países más empobrecidos porque se están desperdiciando recursos al no tenerse en cuenta el impacto negativo del cambio climático sobre las mujeres y las niñas.

Tras la pasada COP25 de Madrid, algunos gobiernos han empezando a incluir en sus políticas de protección del medio ambiente y desarrollo medidas de protección a las mujeres y las niñas, y en el transcurso de la conferencia, la ONU presentó un plan de acción de género como parte de las negociaciones sobre el clima. En este sentido, el informe concluye: «la igualdad de género es un pre-requisito en el esfuerzo colectivo que se necesita para luchar contra la emergencia climática».

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