Psicológicamente, las víctimas de la represión franquista son como las víctimas de grandes tragedias como el 11M, el 11S o el accidente de Barajas, necesitan hablar de lo ocurrido y saber la verdad de lo sucedido para poder superarlo. Es lo que asegura la ONG Psicólogos sin Fronteras que trabaja y acompaña a víctimas de catástrofes o emergencias y a sus familiares. Guillermo Fouce de la delegación madrileña explica en radiocable.com que ellos consideran que recuperar la Memoria Histórica o el censo que quiere hacer Garzón sirven en realidad para curar una herida mal cerrada durante años.

Web de Psicológos Sin Fronteras

Psicológos Sin Fronteras ha hecho acompañamientos psicosociales tanto con afectados por el 11 M, el último accidente de Spanair en Barajas o por ETA. Y hace 4 años empezaron  también a trabajar con familiares de víctimas de la represión franquista. Basándose en estas experiencias, aseguran:

las víctimas son las únicas dueñas de sus procesos de recuperación y son ellas quienes tienen que decir cuando se ha cerrado una herida.

Guillermo Fouce explica que en el caso de las víctimas de la Guerra Civil y la dictadura las heridas han permanecido mucho tiempo mal cerradas bajo el paraguas del miedo. Tener la posibilidad de hablar de lo ocurrido, de recordar a las personas queridas y homenajearlas, de recuperar su memoria, de vencer ese miedo enquistado supone cerrar un proceso doloroso.

Argumenta también que ni los conocimientos teóricos sobre este ámbito, ni la legislación internacional corroboran o apoyan que las véctimas deban guardar silencio para cerrar sus heridas. Más bien al contrario los tres pilares básicos de actuación en este ámbito son verdad (conocer lo que ocurrió), justicia y reparación.

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4 Replica a este post
  1. Es de justicia que los muertos de la Libertad y la Democracia reciban una sepultura digna y todo el reconocimiento de la España, a la que tanto amaron; la misma por la que lucharon y murieron. Es curioso que los que hablan de olvidar el pasado y no abrir heridas sean los descendientes genéticos o ideológicos de los que apretaron el gatillo, o indujeron a que lo apretaran. Ya hemos perdonado a los verdugos de nuestros familiares por el bien de España y los españoles. Lo único que pedimos es que se les reconozca como luchadores de la libertad y no como criminales. Las heridas pueden cerrarse pero siempre quedaran secuelas.
    Viva la España que respeta a todos y a todas.
    La otra, la de ellos, es un experimento aborrecible y despreciable que siempre acaba con manchas de sangre.

  2. Seguramente al psicólogo que hace tal afirmación no le mataron a su padre con tan solo 26 años en virtud de una Sentencia de los tristemente famosos Tribunales Populares, por unos hechos de dudosa existencia, en un procedimiento sin ninguna garantía procesal, que ejecutaron inmediatamente , sin ofrecer a los condenados (16 en total) la posibilidad de apelación a un tribunal superior, como es normal en cualquier país civilizado ante pena de tanta gravedad.
    Creo que si estuviera en esta situación pensaría de otra manera.
    Realmente lo honesto y sensato después de la tragedia de nuestra Guerra Civil, donde murieron muchos inocentes de los dos bandos, sería rezar a los muertos, poner las condiciones objetivas para que no vuelva a pasar, y desde luego, no remover.