“Tenemos miedo, pero más a que no se haga nada porque Israel está traspasando línea roja, tras línea roja”

El gobierno de Netanyahu lanzó un ataque contra la flotilla humanitaria que viaja a Gaza cuando estaba en el puerto de Túnez y horas después bombardeó Qatar cuando se estaba negociando una tregua. Juan Bordera, político español que viaja en uno de los barcos de la Global Sumud Flotilla explica en La Cafetera de Radiocable.com cómo fue el ataque, cual es el ambiente entre los activistas y la determinación de seguir adelante: «Todos sabemos que estamos aquí arriesgando mucho, perdiendo oportunidades, dejando trabajos o hijos y hay miedo. Es normal. Pero tenemos aún más miedo de que no se haga nada porque Israel está traspasando línea roja, tras línea roja. Ya ha bombardeado cuatro países soberanos. La Flotilla no va a parar».

El programa analiza también algunas de las claves de las acciones de Israel recordando que Túnez es un Estado neutral y soberano, que  el uso de la fuerza militar en su territorio o aguas jurisdiccionales sin consentimiento constituye una infracción directa a la soberanía, prohibida por la Carta de la ONU (artículo 2.4) y que los barcos de la flotilla humanitaria son objetivos civiles, no combatientes, por lo que atacarlos puede constituir un crimen de guerra según el Derecho Internacional Humanitario (DIH) y los Convenios de Ginebra. Algo parecido a lo que sucede con Qatar un Estado soberano y aliado de EE. UU. bombardeado por Israel en una acción contra la cúpula de Hamas en una clara infracción a su soberanía, prohibida por la Carta de la ONU. Se da además la circunstancia de que los miembros de la organización palestina se encontraban reunidos para dar respuesta a la propuesta de tregua de EEUU por lo que el ataque israelí se considera un golpe que puede ser devastador para la diplomacia.

Lo sucedido con los dos barcos de la Flotilla es definido por Bordera como «ataques preventivos disuasorios» y recalca que Israel ha tenido mucho cuidado de no herir a nadie para no escalar el conflicto con Túnez. También da algunas de las claves que explican porqué el gobierno tunecino inicialmente negó que hubiera habido un ataque al barco en su puerto, culpando del fuego a una colilla o un mechero: «Túnez tiene un problema, porque el 90% de su población es pro palestina y tienen que inventarse excusas como lo del cigarro. Pero lo dijeron antes de que se consiguiera rescatar el vídeo de otra embarcación que capturó con mucha precisión que el fuego no podía ser por un cigarro o una bengala, sino un tipo de explosivo cayendo desde un dron. Pero además el segundo ataque contra la flotilla ha hecho que esa narrativa se fuera al garete».

El activista español cree que el gobierno israelí no tiene muy claro cómo actuar contra esta flotilla. Resalta que es la número 38 que se organiza y salvo las cinco primeras, ninguna ha conseguido llegar a Gaza, pero «nunca han enfrentado una flotilla con tantos barcos» ya que a las de Barcelona se van a unir otras muchas desde Italia y Túnez que pueden alcanzar las cincuenta embarcaciones. «Israel sabe que tiene un coste económico grande hacer acciones agresivas y por el perfil de algunas de las personas que viajan a bordo, podrían también tener un conflicto diplomático. Por eso es tan imprescindible que se hable de ello y que la gente se siga movilizando». El calendario de la misión de la Flotilla se ha visto en cualquier caso alterado y van a ser necesarias algunas reparaciones y algo de tiempo para coordinar al grupo que se ha organizado muy rápidamente y por un pequeño grupo de personas. Pero el español señala que cree que volverán a salir «en un par de días como mucho».

Juan Bordera que es diputado por Compromís en Las Corts valencianas también rebate algunas de las acusaciones de «postureo» o «estar de fiesta» que se han lanzado contra quienes van a bordo de la flotilla: «Estamos pasando, y hablo también por mi, una situación bastante dura. Todo el mundo se marea, vomita y algunos han tenido que bajarse por una cuestión de salud.» Y detalla también dificultades con el sueño o la comida. Pero sobre todo señala: «me parece poquísimo el apoyo que estamos recibiendo. España no ha sido de los países que menos esté apoyando y Albares ha dicho que nos da protección diplomática. Pero se debería ir mucho más allá». Aunque denuncia que uno de los problemas es la actitud de la Comisión Europea con «declaraciones criminales» como asegurar que la Flotilla puede empeorar el conflicto. Y enfatiza: «esto no es sólo del pueblo palestino. Queremos abrir un corredor humanitario a Gaza, romper el bloqueo. pero esto va más allá. Si permitimos que Israel y EEUU traspasen líneas rojas tras líneas rojas, la legalidad internacional que ya era endeble, débil y que tanto había costado construir se va al garete y terminará afectando a otros países».

 

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