El presidente español ha «elegido defender los valores europeos enfrentándose a Donald Trump» y esta llevando a cabo una «cruzada» contra el presidente de EEUU en asuntos como los aranceles, normas digitales o aumento del gasto en defensa. Pero este antagonismo está siendo un esfuerzo solitario para Sánchez y de momento no ha aumentado la influencia de España en Bruselas y otras capitales europeas. Es lo que sostiene el prestigioso semanario británico en un artículo en el que repasa las declaraciones, gestos y decisiones de Pedro Sánchez enfrentándose a Trump. Enfatiza que esta posición alinea al presidente con la opinión pública español, mayoritariamente hostil al estadounidense, que también obedece a intereses domésticos y a su necesidad de reforzar los lazos con sus socios pero advierte del riesgo que corre si no consigue apoyos que «traspasen las líneas partidistas»,


The Economist asegura que la «soledad» de Pedro Sánchez quedó de manifiesto cuando se quedó fuera de cumbre sobre Ucrania en la Casa Blanca el pasado 18 agosto y hubo además segundo «desaire» a España cuando sí se otorgó un sitio a Finlandia, un país con una población ocho veces más pequeña que la española. Recuerda que España es un país antiguo, orgullos, la cuarta economía de la zona euro y con aspiraciones de ser puente entre Europa y el mundo menos desarrollado y que además Sánchez ha sido un ferviente defensor de Ucrania desde la invasión de Rusia. Pero señala que en la cumbre de agosto, muchos analistas y diplomáticos llegaron a la conclusión que la presencia del presidente español en la reunión habría dañado la causa de Ucrania y Europa por una razón: «a Trump no le gusta Sánchez».

El artículo enfatiza que el presidente socialista español ha elegido defender los valores europeos enfrentándose a Donald Trump. Recuerda sus críticas a los aranceles «injustos e injustificados», su acusación a las plataformas digitales y millonarios estadounidenses de poner en peligro la democracia, su defensa de las normas digitales de la UE que irritan al presidente estadounidense, además de ser el único que rechazó, en la cumbre de la OTAN del pasado junio, la meta de gastar el 5% del PIB en defensa, comprometiéndose únicamente al 2,1%. Advierte que a pesar de todo este «activismo», Sánchez no ha alcanzado mayor influencia en las capitales europeas, «aunque su posición coincide con la de la opinión pública española». En este sentido, recoge las encuestas que evidencian la baja popularidad de Trump en España y la visión «ambivalente» que existe de EEUU entre los españoles, especialmente en la izquierda que no olvida la alianza de Washington con Franco. Y añade que precisamente el aislamiento que los españoles vivieron en la dictadura «explica su amor por el multilateralismo y las leyes internacionales». Y cita al director del Real Instituto Elcano que apunta «Trump es enemigo de todo aquello en lo que creen los españoles».

El semanario británico subraya que Pedro Sánchez representa con precisión esta visión, pero advierte que algunos aliados y medios afines, temen que España esté perdiendo influencia en Bruselas y otras capitales porque «el coste de enfrentarse a Trump supera los beneficios». Sostiene que en cualquier caso «la apertura de España al mundo es admirable» y alaba que Sánchez defienda que la cooperación global sigue siendo posible. Pero apunta que la «cruzada» del presidente español contra el trumpismo aunque es sincera, tiene el punto débil de que alguno de sus motivos también es doméstico e interesado para reforzar su coalición de gobierno. Termina destacando que España tiene todo el derecho a desafiar a Trump y defender el multilateralismo, pero advierte que «enfrentarse a los matones requiere ser capaz de construir coaliciones más allá de las líneas de partidarios. porque en solitario, la resistencia es tristemente inútil».

The Economist es un semanario británico que se publica desde 1843 y considerado un referente en el  análisis de las relaciones internacionales y la economía. Su opinión influye en la imagen exterior de los países, en los inversores internacionales y marca la agenda de otros medios de comunicación. Desde agosto de 2015 ha dejado de pertenecer a Pearson y ahora Exor, compañía de la familia italiana Agnelli dueña de Fiat, controla el 43,4%. La familia Rothschild posee el 25% de las acciones. El resto se reparte entre otras destacadas familias británicas y empleados y ex trabajadores de la revista. Su línea editorial es neoliberal tanto a nivel económico -a favor del libre mercado, la globalización y la libre inmigración- como en temas sociales -han apoyado el matrimonio gay, la legalización de las drogas o el control de armas-. Y políticamente han respaldado tanto a candidatos conservadores como de izquierdas. Sus artículos no van firmados. Su circulación media en 2023 superaba los 515.000 ejemplares en papel, pero combinada con las suscripciones digitales supera los 1,2 millones de copias.

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