El corresponsal en España de la revista mexicana Proceso cree que la trama de espionaje político en Madrid es un «claro caso de ilegalidad». Ve la respuesta de los implicados como poco consistente. Sin embargo Alejandro Gutierrez revela que en Mexico, el caso no ha tenido apenas repercusión, aunque allí este tipo de denuncias es muy habitual. En su país, los servicios secretos se utilizan más para fines politicos o electorales, que para garantizar la seguridad nacional, según cuenta. A veces las denuncias provocan alguna dimisión, pero las investigaciones judiciales suelen terminar enterradas y olvidadas.

Esperanza Aguirre, Ignacio Gonzalez y Francisco Granados

Alejandro Gutierrez considera que las denuncias periodísticas sobre el espionaje en la Comunidad de Madrid son consistentes, no asi la respuesta de los miembros del ejecutivo madrileño. En Mexico, explica que el aparato de espionaje del gobierno se desvirtuó de sus objetivos sobre todo durante la época del PRI cuando «servía más para la persecución de adversarios políticos». Además a partir de 1994 cuando surge el EZLN, se crean oficinas de inteligencia a nivel regional, inaugurándose asi una época en la que el espionaje político se generaliza también a nivel local.

Por desgracia revela que pese a las denuncias, que en ocasión los medios investigan muy profundamente y con pruebas, las investigaciones judiciales que se inician, suelen sepultarse y no quedar en nada.

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