James Badcock, que escribe para The Telegraph y la BBC, apunta en radiocable.com que le ha sorprendido la reacción y «sangre fría» del ministro del Interior tras el escándalo de las escuchas y lamenta que dada la situación política «parece que no va a tener que dar explicaciones». El corresponsal asegura que en Reino Unido si se hubiera divulgado una conversación similar, «no hubiera habido respiro» para el ministro y habría dimitido en 48h. Pero señala que en España, los medios no mantienen la atención más de uno o dos días, la presión se disipa y el Parlamento «tampoco controla demasiado al gobierno». También analiza la falta de impacto electoral para el PP de este y otros caso de corrupción.

James Badcock asegura que le ha sorprendido la «sangra fría» del ministro del Interior. Destaca que Fernández Díaz lejos de disculparse o «admitir cualquier posibilidad de haber sido indiscreto por hablar con un encargado de investigar la corrupción de casos concretos de políticos rivales o de como usar esa información -que es algo que se escucha claramente en las grabaciones- se pinta como una víctima de una conspiración». Y lamenta que por las circunstancias especiales que vive España, con un gobierno
en funciones y un Parlamento sin constituir: «no hay mucho control y parece que no va a tener que dar explicaciones.»

El corresponsal asegura que en Reino Unido no hubiera sido posible una reacción como la del ministro español ante un escándalo como el de las grabaciones. Pero lanza un reproche: «En España a veces surge un escándalo como éste que es noticia importante durante un día o dos. Pero luego cae, en el abismo entre los que están a favor de un partido y de otro. E incluso en los medios no hay un consenso de que sea un tema importante que hay que perseguir. En Reino Unido, sea conservador o laborista el ministro, todos los periódicos perseguirían esta historia y no habría respiro para él.»

Añade: «Y estoy seguro que si surgiera allí una conversación de esta naturaleza, en la que te graban conspirando contra otros políticos y cómo manipular información de una investigación oficial y colocarla en medios afines, acabaría dimitiendo en 48 horas.»  De hecho James Badcock señala que Jorge Fernández Díaz en Reino Unido probablemente ya se habría visto forzado a dimitir o al menos a dar más explicaciones tras su reunión con Rodrigo Rato el pasado verano: «Pero la presión no aumentó lo suficiente para que tuviera que hacerlo. Creo que en España se disipa la atención de los medios y luego el Parlamento no controla demasiado a los miembros del Ejecutivo.»

El periodista también valora la falta de impacto electoral que el escándalo ha tenido: «Es un caso digno de estudio. El PP ha cayó mucho el 20D comparado con 2011. Sacar 29% es un resultado malísimo. Se ha recuperado un poco ahora con el 33%, pero sigue siendo una marca baja para el partido de derechas hegemónico en España. Pero es verdad que el caso de Fernández Díaz no le ha pasado factura. Quizá es posible que algunos de sus votantes no vean tan mal los intentos por sacar a la luz la corrupción de los políticos catalanes, sobre todo los secesionistas. Pero tampoco le ha pasado factura al PP los cinco o seis casos gordos de corrupción destapados desde enero. Mi conclusión es que aunque hay pocos votantes a favor de la corrupción, creo que hay muchos que no creen que la no corrupción sea posible.

James Badcock es el corresponsal en España del Telegraph desde principios de 2015, pero es también colaborador o ha escrito para la BBC, Newsweek, Foreign Policy o The Guardian. Fue asimismo coordinador de la versión en inglés de El País. Ha escrito y puesto el foco en asuntos como la polémica por la pensión de veteranos de la División Azul, la “tradición” de blanqueo con la lotería o el liderazgo mundial de España en donación de órganos. Y ha señalado cómo la implicación internacional de España no se corresponde con su peso.

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