El 80% de lo que fabrica la empresa húngara Magyar Aluminum (MAL) se dedica a la exportación. Y España es uno de los mayores clientes, sino el principal, según desvela El País. El óxido de aluminio de MAL se utiliza para colorear cerámicas y una empresa de Castellón es el segundo mayor comprador de este producto, sólo superada por Italia.

En cuanto al hidroxido de aluminio, el otro compuesto que desarrolla MAL, se utiliza como material ignífugo en cables y España, una empresa de Barcelona- está con unas 4.000 toneladas al año a la cabeza, junto a Alemania, en la importación, segun Ferenc Pad, el presidente del comité de empresa.

El vertido tóxico en Hungria
Foto: Flickr/Comercio digital)

La rotura de una de las presas de residuos abrasivos de MAL ha causado la muerte de siete personas y ha anegado un valle entero de barro rojo tóxico, una extensión de entre 800 y 1060 hectáreas. Y el mayor peligro es que se contamine el Danubio.

El gobierno hungaro paró el funcionamiento de la planta de aluminio en Ajka, aunque estudia permitir su reapertura. Ferenc Pad espera que abra cuanto antes y señala que hay inquietud por los puestos de trabajo y de los proveedores: «Han llamado desde España para ver qué va a pasar con la producción».

La empresa MAL tuvo su origen en el comunismo, aunque nació como se la conoce hoy,  en el año 1995. Uno de sus propietarios, Lajos Tolnay, ocupa el puesto 21 entre los ciudadanos húngaros más ricos, con una fortuna de 83 millones de euros, al controlar el 40 por ciento de la compañía.

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