Walter Haubrich, decano de los corresponsales extranjeros en España que cubrió para el Frankfurter Allgemeine Zeitung el fin de la dictadura, la transición y buena parte de la democracia, recuerda en radiocable.com la figura de Adolfo Suárez. Señala que lo más interesante fue su evolución y lo rápido que aprendió a hacer política. Y recuerda que Europa enseguida tuvo claro que Suárez sería el hombre que llevaría a España a la democracia, «el arquitecto de la Transición» que «siempre tuvo buena reputación».

Walter Haubrich asegura: «Adolfo Suárez es quizá la figura central de la transición. Fuera de España se le reconoce ese papel, incluso más que el Rey aunque éste también hizo mucho. Pero lo interesante es la evolución de Adolfo Suárez que habiendo sido un funcionario falangista tomó el camino de la democracia. En las muchas veces que hablé con él, siempre dijo que no descansaría hasta que España fuera un estado demócrata. Y cuando sucedió el golpe de Tejero le pilló de sorpresa, pero de todas maneras se defendió muy claramente contra los golpistas.»

El corresponsal añade: «Conocía a Suárez durante la dictadura como director de TVE y entonces era mucho menos demócrata. Para mi él es uno de los políticos que más rápidamente ha aprendido. Tenía buena reputación en toda Europa. Y Helmut Schmid, el jefe de gobierno en Alemania en aquellos tiempos, siempre hablaba de los tres jóvenes políticos españoles que seguían el camino correcto y había que tener en cuenta: el Rey, Felipe González y Adolfo Suárez.»

Haubrich recuerda que algunos corresponsales extranjeros de la época recibieron el nombramiento de Suárez con recelos: «Nosotros teníamos mucha más relación con José María Areilza que decía más claramente que quería hacer de España una democracia. Entonces el nombramiento de Suarez fue una sorpresa. Pero el Rey sabía que Suárez haría lo que él quería. Y pronto caló fuera la idea de que sería el hombre que llevaría a España a la democracia. Incluso algunos creyeron que lo haría demasiado rápido.»

Y señala: «Al principio no sabía tanto de política europea, pero lo aprendió en poco tiempo. Recuerdo una vez que le hablamos de la gente de extrema derecha y le preguntamos cómo iba a aceptar su reforma la mayoría de las Cortes que era de derechas. Adolfo Suárez dijo que a algunos les recordaría los cadáveres que tenían en el sótano y a otros les prometería cargos que no cumpliría. Tenía claro, como así fue después, que se quitaría a los políticos que no querían seguirle.»

En cuanto a la relación de Suárez con los corresponsales extranjeros de la época, apunta: «Organice varios actos y comidas con él y con Carmen Díaz de Rivera, su jefa de gabinete. Y fueron muy útiles. Recuerdo que tras una comida en Castellana 3, sali convencido de que Adolfo Suárez haría todo para conseguir la democracia. Incluso su dimisión hay que verla en este contexto. Tenía miedo que las fuerzas de la derecha deshicieran su obra.»

Walter Haubrich asegura que fuera de España y en Alemania hoy en día se sigue reconociendo a Suárez: «pero hay también algo de compasión porque su enfermedad le ha robado a España un importante político.»

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