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Fernando Berlín, el autor de este blog, es director de radiocable.com y participa en diversos medios de comunicación españoles.¿Quien soy?english edition.

El Juez Santiago Pedraz ha emitido una orden de busca y captura para los militares que mataron a José Couso.

La orden es el resultado de la tenacidad titánica de la familia del periodista y de sus amigos. Ese pequeño grupo se negó a abandonar de nuevo, en el hotel Palestina, a José Couso, a pesar del paso del tiempo y de los apagones morales de políticos, jueces, fiscales y periodistas. Es una lección para toda sociedad moderna y para el concepto mismo de justicia y democracia.

La reapertura de la causa es profundamente pedagógica. Lo es para España, pues nos recuerda que la verdad siempre desea ver la luz. Y lo es, además, para los militares de los EE.UU y sus políticos, que tienen que entender que la justicia también se les puede aplicar a ellos, independientemente del lugar donde violen la ley.

La orden de busca y captura es todo un símbolo de lo que significa la palabra democracia. EE.UU comprenderá algún día que poner a sus militares a disposición de los jueces es la forma más eficaz de convencer al mundo de las bondades de esta forma de gobierno. La democracia se puede intentar exportar a base de bombas, como tratan de hacer ellos en Irak o Afganistan, o se puede exportar de verdad a base de justicia y reparación.

Que lejos queda ahora la fiscalía que hace 2 años decidió archivar el proceso. Y que lejos quedan las promesas de algunos políticos del PSOE que hicieron suya esta causa estando en la oposición y la aparcaron cuando llegaron al gobierno porque resultaba incómoda.

Y no solo el PSOE. El PP también debe taparse las vergüenzas al escuchar el nombre de Couso. No solamente porque nos recuerda que ellos apoyaron esa cruel ambiciosa, e inmoral guerra. Sino porque ignorando este caso desaprovecharon la oportunidad  de demostrar a los ciudadanos el significado de la palabra patriotismo, explicando que ningún español se encuentra solo, abandonado, allá donde esté.

Respecto a nuestro papel global, España ha iniciado otras veces caminos ambiciosos en el ámbito de la justicia universal y los Derechos Humanos. Este es un papel enormemente edificante para la España global. Lo tiene todo: es social, democrático, justo y pedagógico. ?jala este caso invite a la sociedad a reflexionar sobre ello antes de que aparezca de nuevo la mano invisible de la impunidad.

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