Iñaki Gabilondo en Noticias Cuatro: «Los Estados Unidos han convocado la gran cumbre mundial sobre la crisis. Entre los diecinueve países invitados no está España. Nos lo había anticipado esta mañana Sarkozy al notificar su apoyo a nuestro país y su voluntad de mediar en favor de nuestra presencia, lo que asimismo respaldan Durao Barroso y Gordon Brown. Mediar, interceder, impetrar la ayuda del altísimo Bush, porque nadie duda de que tenemos no solo un problema técnico -no pertenecer al G20- sino el problema añadido de la hostilidad de la Casa Blanca hacia Zapatero.

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Quedan treinta días y van a pasar muchas cosas, entre ellas, que habrá un nuevo presidente electo en los Estados Unidos. De todas formas, hoy nos llama la atención la ausencia de Zapatero en la conferencia internacional, pero debería sorprendernos más la presencia en la misma de Bush. Que el principal autor del desastre dirija el diseño de la reconstrucción es un disparate que solo se le ocurrió antes a Nerón (primero quemó Roma y luego la reconstruyó). La reunión que aspira a refundar el sistema, un nuevo Bretton Woods, el proyecto de un capitalismo renovado, estará presidida por un hombre que ha resultado una plaga, un azote, una calamidad para su país y para el mundo, y que ese día, 15 de noviembre, estará en funciones y políticamente muerto. A la espera de acontecimientos ya va siendo hora de decir que a Zapatero la enemistad de Bush le ha honrado. Aunque sus rivales le hayan acusado de devaluar el peso político de España, ha sido más digno estar lejos de Bush que junto a Bush, con pretensiones de tú a tú, haciendo el ridículo con los pies sobre la mesa. Seguro que el nuevo tiempo político normaliza la relación personal entre presidentes, como normal es la relación entre Estados Unidos y España. Respecto a la cumbre sobre la crisis, es importante que pueda acudir Zapatero, pero lo verdaderamente importante sería que no pudiera acudir Bush.»

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