Iñaki Gabilondo en Noticias Cuatro: «Una dimisión esperada, tras la denuncia de posibles irregularidades, que deja un sordo rumor de navajas afiladas. ¿Quién las afiló?. […]

El hecho es que nadie puede sustraerse al juego de las adivinanzas, en este tiempo preelectoral, donde cada cual recela de los propios casi más que de los ajenos. La cosa es que, al margen de este asunto, la batalla política se ha presentado hoy más relajada, como si se hubiera ido al recreo y se tomara un rato de respiro. Sólo las exageraciones reglamentarias para mantener el tipo, concentradas en una frase del ministro Fernández Bermejo que, convenientemente sacada de quicio, ha permitido algunos lucimientos a favor de querencia.

Total, para detectar las intenciones traidoras de Zapatero tampoco hace falta gran cosa. Basta con la propia obsesión. No ha sido mal día para que el PSOE presentara un vídeo promocional, en el que se nos muestra un presidente muy próximo y jovial, capaz de reírse de sí mismo, cuando aún tenemos en mente la imagen polvorienta que nos ofreció Rajoy, como de daguerrotipo de su bisabuelo. Pero en fin, en general, no ha habido hoy grandes asperezas entre partidos.

Fuera de nuestras fronteras llamamos su atención sobre el vuelo del águila Vladimir Putin. Cada nuevo acto, cada nuevo discurso, cada nuevo gesto, confirma su vocación de máster del universo, su sueño de gran potencia. Presenta constantes credenciales: ayer, su poder energético, hoy, sus nuevas armas. Putin no neutraliza el miedo que nos da Bush. Lo multiplica por dos.»

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