Bautizado como el Telescopio Europeo Extremadamente Grande (EELT, por sus siglas en inglés) es uno de los más ambiciosos proyectos astronómicos europeos. Pretende ser referencia indiscutible en la observación del espacio de las proximas décadas. Once países ya han dado su visto bueno al EELT, pero, según explica El Mundo, España a causa de la crisis y los recortes en I+D aún no ha confirmado su participación y podría perder una oportunidad histórica tanto para la ciencia y la ingeniería nacionales como para algunas empresas. (Foto: Flickr/European Southern Observatory)

Con los apoyos ya recibidos, el proyecto del EELT será una realidad. Se construirá en Chile y con su espejo primario tipo de 40 metros será el telescopio óptico e infrarrojo cercano más grande del mundo: «el mayor ojo hacia el cielo», según lo define el Observatorio Europeo Austral (ESO) que está detrás del proyecto. España es uno de los tres países miembros que aún no han confirmado su participación junto con Portugal y Dinamarca.

Para formar parte del EELT, España debe aportar 40 millones de euros en los próximos 10 años, lo que en promedio supone 4 millones anuales. El ESO ha ofrecido al Gobierno español todo tipo de facilidades, plazos y prórrogas para poder hacer frente al pago, pero la situación económica española hace imposible de momento que pueda comprometerse.

Pero si no lo hace y se queda fuera del EELT, las empresas españolas, que han diseñado más del 40% del telescopio y en estos momentos lideran el concurso para su construcción, perderían la oportunidad de optar a la concesión de la obra. No se trata sólo de poner en riesgo el avance de la Astronomía española, sino que de ello depende que las empresas españolas puedan acceder a contratos multimillonarios.

El presupuesto es de más de 1.000 millones de euros. Y la primera fase del concurso implica la construcción del domo del observatorio -que incluye una cubierta móvil de casi 90 metros de diámetro y 70 metros de altura- y la estructura de soporte del telescopio. La convocatoria para la construcción de ambas partes cuenta con una asignación de 349 millones.

Plano del domo del EELT
(Foto: Flickr/Ars Electronica)

 

Se espera que queden apenas cinco compañías que opten a los contratos. Dos de ellas, Idom y Empresarios Agrupados, son españolas y son las que mejor calificadas están para construir tanto el domo, como la estructura de soporte.

Para Francisco Javier Cáceres, director general de Ineustar (Asociación Española de la Industria de la Ciencia), España debería sumarse al proyecto antes de que lo haga Brasil porque en ese momento se lanzarán las licitaciones y concursos: «Quedar fuera sería muy mal negocio en términos económicos, muy mala decisión política para la Marca España y un golpe muy fuerte a la industria de la ciencia que perdería la referencia de liderazgo que tiene. Hay que hacer lo posible y lo imposible para que España esté en el EELT», sentencia.

Smiluación del tamaño de EELT comparado con el Coliseo de Roma
(Foto: Flickr/Ars Electronica)

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